Capítulo 19 Un abrazo por siempre

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-¿Familiares de Skyler?. Pregunta un médico en medio de la sala del hospital y mamá rápidamente se pone de pie con los ojos rojos mientras que yo la sigo.

-¿Sí?. Pregunta y aunque no lo dice, por dentro esta derrumbada, a mí también me tomó por sorpresa lo que le ha pasado, si me hubieran dicho que Skyler trataría de quitarse la vida no me lo hubiera creído, pero las cosas son así, cuando menos lo imaginas las peores cosas suceden y tu dudas de ellas, aunque sean reales.

-Esta consciente, pueden pasar a verla. Anuncia el doctor guiándonos por un largo pasillo con muchas puertas blancas al igual que las paredes y el techo.

Nos detenemos frente a una puerta con el número 38 y el médico  fue el primero en entrar, seguido por mamá quien entró corriendo y abrazo a Sky sentada en la camilla, pensé que Sky la empujaría o algo por el estilo pero tras un afectuoso abrazo parecía que las dos se amaban de madre a hija verdaderamente y eso era bueno.

-Nos diste un buen susto. Murmuré cuando mamá se apartó de ella mientras me situaba delante de la camilla pero se le borró la sonrisa al verme inmediatamente. -¿Qué te pasa? ¿No estás feliz de verme?.
Pregunté pero ella solo me miraba con cautela como si fuera un lobo calculando el momento perfecto para atacarla.

-Vete. Dijo y me tomó por sorpresa. -¡Vete!. Repitió más fuerte comenzando a alterarse. Se miraba cansada, con grandes ojeras bajo sus ojos y su cabello alborotado le daba un aspecto un poco extraño.

-Sky, soy yo Sander. Murmuré acercándome más a ella pero me empujó.

-Sé quién eres y lo que hiciste. Recuerdo todo perfectamente, a ti y a esa maldita enfermera. Contestó mientras que mamá nos observaba sin entender una sola palabra de lo que decía pero a decir verdad yo tampoco sabía de que estaba hablando.

-Creo que lo mejor será que tenga un poco más de reposo. Argumento el doctor abriendo nuevamente la puerta para sacarnos.

-No necesito reposo, necesito que digas la verdad. ¡Di lo que hiciste!. Gritó sin dejar de verme mientras mamá acariciaba su cabeza.

-¿La verdad?. La verdad es que te encontré con las venas cortadas y te traje al hospital. La verdad es que sentí que mi mundo se iba a terminar en cuanto te vi en el suelo sangrando y con los ojos cerrados. ¡Creí que estabas muerta!. Dije elevando un poco más la voz pero después callé un segundo para continuar. -No sé que creas que hice pero estás mal, nunca te haría daño. Eres mi todo. Murmuré sintiendo un nudo en la garganta  mientras que ella miraba sus manos vendadas, como si buscará algo pero entonces también lo vi.

Parecían unas pequeñas marcas que comenzaban a tornarse púrpuras y levanto su brazo para que lo apreciará con más claridad, la marca era larga como si la hubieran amarrado con una soga.

-Tú maldita novia psicópata lo hizo y tu no me defendiste. Murmuró y levanté mis brazos para protestar pero no encontré la manera de hacerlo. -¡Largo! ¡Vete de aquí o yo misma te sacaré!. Amenazó comenzando a agitarse y entonces el doctor puso su mano sobre mi hombro invitándome a que me marchará y a regañadientes los obedecí saliendo de la habitación pero sin cerrar la puerta para ver como se mamá se despedía de ella y le pedía que se calmará para volver a salir por la puerta.

-Yo no le he hecho nada. Dije rápidamente y ella asintió.

-Te creo.

-Sí pero ella no, ¿Cómo voy a ser inocente si los demás no me creen?. Cuestioné.

-No lo sé, quizás por ahora debemos dejarla que se calme. Murmuró dándome la espalda poniendole fin a nuestra conversación dejándome con muchas dudas.

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