Las clases transcurrieron con normalidad hasta que tuve que quedarme un par de horas más en el colegio para comenzar con la alineación escolar para participar en la categoría de exactas, aproximadamente unos cincuenta alumnos de cada colegio participarán en distintas ramas aunque en exactas, solo tengo tres compañeras más y soy el único varón, la escuela nos ha patrocinado libros y material de estudio totalmente nuevos, aunque tendremos que viajar en el bus escolar por ocho horas, pero valdrá la pena.
Me he sentado en el pupitre del fondo aunque tengo un ligero problema de visión, he decidido ocupar ese puesto porque me siento bien al estar alejado de mis compañeras quienes se sientan al frente y murmuran bajo al ver me pero prefiero pasar de largo y abrir el libro en la primera página, en espera de la nueva maestra.
Pasan alrededor de 15 minutos y no sucede nada, he terminado de leer los primeros dos capítulos teóricos y ni luces de la profesora, hasta que la puerta del aula se abre bruscamente mientras que una mujer de algunos diez años mayor que yo, cruza la entrada con un gran porte vestida con un jeans azules y una camiseta de botones blanca, cargando un pequeño maletín negro a juego de sus gafas y camina hasta el escritorio con un pequeño suspiro.
-Lamento el retraso pero he tenido un pequeño inconveniente. Soy Lunna Vásquez, profesora de avanzados. Anuncia y casi puedo dejar pasar por alto el botón desabrochado que deja al descubierto un trozo de tela oscura y bajo la mirada de inmediato al sentirme avergonzado sobre lo que estoy pensando. -Antes de comenzar con todo el programa quiero hacerles saber varias cosas. A mi no me interesa que tan buenos se creen que son, aquí tienen que ser los mejores, porque ser bueno no es suficiente. Y yo quiero hacer de ustedes los mejores, es cierto el concurso es en una semana pero créanme que las horas de estudio serán exhaustivas. Quizás puede que alguno de ustedes crea que estoy exagerando, pero tengan por seguro que uno de ustedes, será el ganador este año. Afirma con tal seguridad que parece que puede ver el futuro aunque probablemente solo sea una técnica para proporcionar confianza en nosotros mismos.
Nos repartió un examen teórico de cincuenta reactivos y tenemos un tiempo límite de 25 minutos. Antes de comenzar a contestarlo me límite a observar a mis compañeras. ¿Por qué estaban aquí?. ¿Son mejores que yo?. Veo como cada una de ellas mueven su lápiz haciendo trazos en sus respectivos exámenes con un ritmo apresurado. Paso mi vista de ellas al reloj de la pared, a penas han pasado dos minutos, lo que quieres decir es que quedan 23 minutos para contestar el examen pero ni siquiera he escrito mi nombre y las continúo observando. Apuesto a que una de ellas, probablemente la chica rubia con gafas sea buena en clases, puede ser que la mejor. Pero sé mejor que nadie que, la perfección no existe y apuesto a que comete errores. ¿O que tal su compañera de a lado? La chica alta con fleco negro quien mira desesperada su examen, probablemente sus respuestas estén correctas por que se memorizó su libreta completa pero aún así duda de sí misma por que anhela algo que no existe. Y por último esta la castaña un poco más baja que las otras, murmura números y cosas inaudibles que solo ella comprende pero no le importa o quizás no se da cuenta que parece una maniática de los números. Supongo que eso ayuda a que su cerebro piense más rápido.
Sé lo que es eso.
No funciona.
Tu cerebro da vueltas y vueltas, construyendo un poco por aquí y por allá. Pero a final del día terminas agotado y con la cabeza hecha un derrumbe.
Salgo de mi pequeño trance en cuanto alguien golpea mi pupitre y enfoco mi vista en la profesora quien tiene un rostro pasivo, armonioso con ese tono de labios de color rojo y regreso a mi exámen.
Me sorprende estar seguro que un 95% de mis respuestas son correctas, es decir estoy seguro que son las indicadas pero sin embargo me frustró un poco en la parte final pero aún así hago un pequeño garabato en firma y soy el primero en levantarme y dejarlo en el escritorio con cinco minutos de anticipación en la hora límite.
ESTÁS LEYENDO
RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETA
Non-FictionNuestros padres murieron hace ocho años. Él nunca me haria daño, porque soy su princesa. Él cuida de mi y nos mantiene a salvo. Él es un buen hermano. O por lo menos eso me obliga a decir. Si miras con atención tras la ventana de nuestra casa, sabrá...