Capítulo 55 Cobarde

1.2K 155 27
                                    

Alexander

El tiempo pasa muy lento aquí dentro. Necesito controlarme, Lucy estará pronto aquí y necesito estar bien, no le puedo dar un motivo para ser débil.

Nunca.

Me recuesto en la cama inseguro de como comenzar, solo rezó al cielo porque Lucy este bien después de esto.

Es lo mejor, tiene que dejarme ir y la única forma es hacer que me odie.

Me pongo en un salto de pie y tomo la pequeña laptop bajo mi almohada para encenderla, pasan unos segundos hasta que el equipo esta completamente listo para usarse, lanzó un suspiro inseguro si esto es lo mejor.

《No seas un maldito cobarde》

Me repito una y otra vez mentalmente mientras seleccionó la cámara para comenzar a grabar, un pequeño foco blanco se enciende en cuanto pulso el botón rojo indicando que inició el video.

Me siento como un completo idiota

-Este video es para ti Lucy... Si lo estás viendo quiere decir que tuvimos nuestra última vez, no sabes cuanto significas para mí, pensarás que estoy loco pero si hice esto fue por que era lo mejor para ti, estoy jodido y tu lo sabes... mi sentencia la dictan hoy por la mañana así que... joder esto es díficil. Paré en cuánto noté un nudo en la garganta y traté de controlarme para luego seguir.

-Lamento todo, nunca quisé hacerte daño, solo quería protegerte de los demás cuando fui yo el que te hizo más daño, te debo muchas explicaciones que probablemente no quieres escuchar. Cuando me hice cargo del orfanato, un día vi a una niña rubia aislada de los otros niños y no le tomé importancia hasta que el día siguiente te vi sentada en el mismo lugar con un papel en la mano, mirando a la nada así que me acerqué para hablarte. Dije sonriente al revivir ese momento.

-Ese día me ganaste al ver tu tristeza y soledad y yo te prometí que siempre iba a estar contigo, así que te saqué del orfanato sin ningún problema solo dije que como director de la institución te reubicaría en otra área... lamento no poder cumplir con mi promesa, había algo tan especial en ti, a pesar que no sabía que era pero lo notaba, tú no eras como las demás niñas. Mencioné secamente.

-No pude hacer nada, Sebastían consiguió que me inculparan y lo merezco, hice daño, destruí la inocencia de muchas niñas y vendí a bebés... la sentecía es muy larga y yo no puedo dejar que tú te aferres a que salga y formemos una familia... Para entonces, si logro cumplir seré un viejo... Para ser sincero, un bebé nunca estuvo en mis planes pero a pesar de todo, créeme y te juro que si tuviera una oportunidad, realmente me hubiera esforzado por ser un buen padre, pero tú no mereces venir a un reclusorio cada semana y el bebé tampoco debe saber que su papá es alguien malo. Sonreí amargamente. -Que ironía ¿no? Toda la vida traté que dejarás de ser débil cuando el único con miedo era yo... lo siento.
Agregué frotando me los ojos. -Te extrañaré, amor y sabes que las cursilerías no van conmigo pero si pudiera cambiar en algo todo lo que hecho, si tan solo tuviera algo para justificarlo pero no puedo... sé  que lo que voy a hacer es lo mejor... muchas veces pensé que el sufrir era para cobardes y quería evitar que eso te pase a tí pero hoy me doy cuenta que el sufrir merece respeto, el someterse es despreciable y eso quería hacer contigo.

El silencio de la habitación es abrumador no se que hacer para acabar con esta sensación.

-Te amo y con el fideicomiso tú y mi bebé estarán bien no les hará falta nada... perdón por ser un cobarde Lucy, perdón por no amarte como una persona normal lo haría. Perdón por ser un problema, por manipular te. Te juro que yo no quería que nada de esto pasará. Yo solo quería dar y recibir amor. Perdón. Dije deteniendo el video y guardandolo en una memoria para guardarla en mi cofre especial.

Me equivoqué y lo aceptó pero no puedo vivir sabiendo que ella va a sufrir y va a cerrar las puertas de su vida para seguir conmigo.

La única manera de darle una oportunidad para comenzar de nuevo era desapareciendo.

Desapareciendo para siempre de este mundo.

RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETADonde viven las historias. Descúbrelo ahora