Resulta que el centro comercial era más grande de lo que imaginé y con diferentes pisos y escaleras que se movían automáticamente, quedaba a solo quince minutos de la cafetería y nos fuimos en un coche deportivo rojo que según había dicho Sebastían era de Dylan, durante el camino estuvimos charlando y resulta que los cuatro están en el mismo salón junto con las otras dos chicas con las que se supone debemos reunirnos, por ahora caminamos por el área de comida rápida hasta que uno de los gemelos se quedó atrás para comprar banderillas.
-Entonces ustedes se conocen desde hace tiempo ¿no?. Preguntó Dylan caminando al frente el grupo al lado de Sebastían mientras que yo y los gemelos nos quedamos atrás, a su vez Raúl le quita un poco a su hermano de las banderillas y este hace un pequeño berrinche sacándome una sonrisa ante su gracia.
-Si... nos conocimos en un evento. Contesté sonriente. -¿Dónde se supone que están sus amigas?. Pregunté examinando el lugar con la mirada, había muchas personas pero ellas destacaban entre la multitud, quizás por un pequeño grito que emitieron al ver al grupo o tal vez solo era su personalidad, la manera de caminar, ambas eran bajas quizás aún más enanas que yo, una de ellas era de piel blanca y pelirroja mientras la otra era morena con un largo cabello negro quienes abrazaron a cada uno de los chicos y después se detuvieron en mí, por un momento me sentí incómoda hasta que la morena me abrazó y se presento con el nombre de Fernanda y la pelirroja es Olivia.
-Yo soy Paola, espero que no les molesté que este aquí, Sebastían me invitó. Dije apresurada debido a los nervios.
-Claro que no, es bueno tener a una chica más en este grupo de trogloditas. Dijo Olivia mientras que Dylan le cruzaba el brazo sobre el cuello como si la estuviera estragulando pero ella se río para demostrar que solo era un juego, él no la estaba lastimando por haber lo insultado.
Vaya suerte.
-Vamos Pao, que tenemos muchas cosas que probarnos. Pronunció Fer tomando mi antebrazo y cruzándolo con el suyo para comenzar a caminar por los pasillos hasta subir a las escaleras eléctricas, nunca antes había venido a un centro comercial con este tipo de escaleras pero era un pequeño detalle maravilloso.
La segunda planta estaba compuesta por tiendas de ropa y zapatería, Fernanda entró a casi todas las tiendas, probándose de todo, aunque no pensaba comprar nada, justo en el momento que estaba dentro de los vestidores, uno de los gemelos y Dylan había hecho una apuesta en la cual Raúl tenía que colarse en el vestidor de chicas y asomarse por debajo de la puerta en donde Fer se probaba una camiseta vaquera y la recompensa sería el auto de Dylan por dos días.
-Sebastían dame tu celular, tenemos que documentar esto. Dijo Olivia riendo mientras que ella y Raúl se colaban dentro de los vestidores, no tuvimos que esperar mucho tiempo para que él gemelo saliera corriendo y cayendo al ser golpeado por la bolsa que lanzó Fernanda, la cual venía tras él con intención de darle una golpiza.
-¡Maldito hijo de pu..!. Salió gritando Fer pero se calló antes de completar la última frase al ver como las demás clientas del centro se le quedaban viendo y ella se puso roja como tomate, salimos corriendo de la tienda ante la vergüenza que nos hicieron pasar pero aún así Fernanda no se quedó satisfecha y le dio un golpe al gemelo.
-¿Tienen hambre o podemos subir al siguiente piso?. Preguntó Sebastían y todos optamos por subir a la siguiente planta la cual consistía en salas de entretenimiento, librerías y artesanías. -Traten de no romper nada. Murmuró quedito dándole un manotazo en la mano a Olivia quien estaba a punto de tocar una vasija de barro con hermosos venados grabados.
-No nos has contado nada de ti Pao. Dijo Fernanda insinuando me que hablará.
-Hmm bueno yo... vivo con mi hermano y estudio en el cole a unas calles de la cafetería. Dije dudosa antes que todo el grupo reventar a carcajadas ante mi respuesta.
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RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETA
SachbücherNuestros padres murieron hace ocho años. Él nunca me haria daño, porque soy su princesa. Él cuida de mi y nos mantiene a salvo. Él es un buen hermano. O por lo menos eso me obliga a decir. Si miras con atención tras la ventana de nuestra casa, sabrá...