Días después...
Mi vida siempre fue un caos total, llena de problemas y conflictos que yo misma he provocado, quisiera sentirme mal con ello pero no puedo, a pesar que muchas veces he humillado y lastimado a muchas personas con mis palabras en el fondo siento que hago lo correcto, suena tonto, lo sé pero no conozco otro modo de vivir.
Siento que un calor me abraza. Siento que me equivocado y esta vez una disculpa no es suficiente. Cada vez que cierro los ojos recuerdo todo como si lo estuviera viviendo nuevamente.
Escuchó mis gritos llenos de falacias y entonces el sonido de la puerta abriéndose y la cara de Leonardo al ver la escena en la que Sander trata de estrangularme, las personas entran a ver mientras que mi corazón parece salirse. Veo su rostro tras acusarlo lleno de sorpresa y con cierto toque de decepción. Cuando las cosas se calmaron con una llamada papá arreglo todo y nos metieron de vuelta a un autobús sin presentar cargos, como si no hubiese sucedido nada a excepción que para él sucedió de todo. No lo dice pero lo notó en su rostro.
Papá ni siquiera se molestó en golpearlo, de hecho a estado más ausente que antes, mamá a querido charlar con nosotros de lo ocurrido pero me niegó rotundamente. Me pregunto si ella cree en mí, pero ni yo misma confío en mí. Él parece encerrarse en sí mismo dentro de su habitación, se le nota perdido, no hemos hablado desde lo que pasó, no me ignora pero tampoco parece estar consciente de mi presencia. Solo sale de vez en cuando, para robar una caja de cereal, pan tostado o alguna comida rápida, no se esta alimentando bien y tiene las ojeras muy marcadas a pesar que duerme casi todo el día, da puertazos sin razón y finge que no le importa nada pero hay noches en que me recuesto cerca de la puerta de su habitación y escucho su llanto seguido por el sonido de unos cuantos objetos estrellándose contra la pared.
Mi felicidad consiste en el infierno de otros. Destruí su cielo, lo destruí a él y de paso a mí misma porque él es mi todo.
Ayer fuimos a la iglesia, como si fueramos una familia. Incluso usamos todos un mismo color, me gustaría decir que paso algo interesante pero no fue así... aunque Sander me tocó, fue solo un segundo y fue por accidente mientras colocaba su diezmo en la canasta y aproveché ese momento para estirar mi mano tan solo para sentir el contacto de su piel con la mía. Y es que no tener ninguna clase de contacto con él no era lo que yo buscaba, vivimos en la misma casa pero a pesar de eso, su ausencia es devastadora.
-¡Sky! ¡Voy hacer las compras!. Escuchó la voz de mamá gritando a todo pulmón mientras me levantó de la cama con una pijama de minions y una blusa de tirantes azules para alcanzarla y pedirle que compré manzanas verdes y no rojas como es su costumbre pero justo en el instante en que salgo a la sala escuchó la puerta cerrarse y maldecí por lo bajo mientras escuchó el sonido de un plato haciéndose añicos en la cocina.
-¡Pensé que ya te habías ido!. Dije fuertemente corriendo a la cocina y parandome en seco al ver a un Sander en pijama con el cabello hecho un lío y tratando de limpiar el desastre que ha hecho al tratar de escapar de la cocina con un enorme plato de helado de chocolate y ver que he entrado corriendo totalmente descalza me ha dado un empujón para después ponerse de cuclillas y recoger los pedazos de vidrio esparcidos por el suelo, así que copio su acción y trato de ayudarlo hasta que finalmente entre ambos terminamos de recoger los trozos y tirarlos a la basura.
Después de lavar sus manos se apoya en el fregadero dándome la espalda, mirando por la ventana el jardín trasero y yo volteó hacía la izquierda a un montón de pequeños espejos decorativos en la pared con marcos de madera y apreció unas pequeñas marcas en tonos violetas alrededor de mi cuello e involuntariamente pongo mi mano sobre estas para tratar de ocultarlas a pesar que él también tiene marcas aunque la más grande de ellas no sé ve a simple vista.
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RED Sobreviviendo al Infierno COMPLETA
Kurgu OlmayanNuestros padres murieron hace ocho años. Él nunca me haria daño, porque soy su princesa. Él cuida de mi y nos mantiene a salvo. Él es un buen hermano. O por lo menos eso me obliga a decir. Si miras con atención tras la ventana de nuestra casa, sabrá...