Capítulo 12

117 10 1
                                    

Hoseok me seguía jalando entre las calles, yo no conocía por donde me estaba llevando. Siento que debería estar asustada, no sé cómo sea el y que pueda pasar; pero no es así, al contrario me siento segura, éste chico me inspira tranquilidad. Estoy segura que es un buen muchacho.

Por más que le insistía a Hoseok saber a dónde nos dirigíamos, se limitaba a contestar con un "Ya verás" "No te preocupes" o simplemente me ignoraba. Caminamos al rededor de 15 minutos.

-Llegamos- Dijo aliviado -Pero... Tapate los ojos- Sonríe mucho éste chico.

-No, porque me tapar...- No terminé de hablar porque Hoseok puso sus manos en mis ojos -Hoseok, déjame ver- Dije irritada.

-No. Te quedarás así y no hay vuelta atrás- Dijo serio y yo bufé.

Empezó a caminar y me fue guiándo para que yo no callera o tropezara. Mis pasos eran algo inseguros. Estaba desesperada por no ver.

-Hoseok, ya quiero ver- Dije molesta.

-Ya casi, no falta mucho.

Dimos unos pasos más y se detuvo de repente. Quitó sus manos de mis ojos y si mi quijada no estuviera sostenida, ya hubiera caído al suelo. Estábamos en la Playa Songdo, era algo hermoso, el sol estaba por meterse y los colores naranja, amarillo y rojo se combinan en el cielo. Los rayos de sol que todavía se alcanzaban a notar caían sobre el mar y lo hacía brillar.

Mis ojos se inundaron de tanta belleza, me fuí acercando un poco más a la orilla y me senté en el arena. Era muy hermoso.

De repente me acordé de mi papá, estaba muy pequeña y no tengo muchos recuerdos pero los pocos que tenía, eran hermosos. Aún recuerdo que cuando estuvo apunto de morir tomó mi mano y la de mi mamá y nos dijo "Antes de amanecer, es cuándo más obscuro está" nunca entendí esas palabras, ahora las entendio. Mi padre era muy sabio, según mi mamá me cuenta, lo extraño demasiado. Con Jimin me volví a sentir segura, cómo con mi papá. Ahora no tenía a ninguno de los dos.

Las lágrimas volvieron a salir, no dejaba de llorar, parecen infinitas.

-¿Estás mejor?- Me sobresalté, no recordaba que Hoseok estaba conmigo. Sentí sus manos en mis hombros y se sentó a mi lado.

-Si y no- Dije confundida.

-Explicate.

-Estoy mejor, porque sé que las cosas podrían ser peor, pero aunque así fuera, no todo está terminado. Todo sigue su curso- Fijé mi vista en el sol que mientras más se ocultaba más hermoso se veía todo.

-Y no estás bien porque...- Hizo un gesto con la mano para que yo continuara.

-Porque sé que me va a ser difícil seguir mi curso, pero no imposible- Dije melancólica y las lágrimas seguían.

-Sabes qué, podemos hacer una cosa- Se levantó de la arena y se sacudió el trasero.

-¿Qué cosa?- Limpiaba mis lágrimas.

-Ven- Extendió su mano y la tomé.

Caminó poco más a la orilla y la brisa del mar era más intensa. Se paró antes de llegar a que las olas tocaran nuestros pies y se quitó sus zapatos, hice lo mismo que él y cuando terminamos me volvió agarrar de la mano y las olas tocaban nuestros pies descalzos, el agua estaba tibia, nos adentramos un poco más y en agua llegaba a mi pantorrilla.

Hoseok se fue rápido detrás de mí, tomó mis hombros y se acercó un poco a mi oído, pero no quise tomarle mucha importancia.

-Cierra los ojos- Dijo sobre mi oído y sin decir nada le hice caso.

-Todo lo que cae al mar es revolcado por las olas, lo aleja de la orilla y se lo lleva a mar abierto para nunca volver. Si una ola arrastra algo, puede terminar en una playa en México o en algún otro lado muy lejos de aquí.- Su tono de voz era demasiado sereno y eso me tranquilizaba.

Para mí sólo tenía al rededor la voz y palabras de Hoseok acompañado de las olas del mar entre mis pies.

-Ahora quiero que saques todo lo que te lástima el corazón y dejes que las olas se lo lleven. Llora, grita, haz lo que sea necesario para que cuando salgamos de aquí estés bien y vuelvas a tener esa sonrisa brillante de la vez en que te conocí- Sentí que se alejó un poco de mí. Mis ojos seguían cerrados.

Todo lo que me dijo me llegó al corazón y empecé a llorar, quería sacar todo lo que tenía. Mi llanto era desgarrador, sentía que me estaban apuñalado el corazón.

-PAPÁ, TE EXTRAÑO. PORQUE ME DEJASTE, TE NECESITO- Gritaba desesperada y las lágrimas no dejaban de salir.

Seguí llorando y quería decir todo lo que estaba guardando en mi corazón.

-Jimin, te conocí cuando más sóla estaba. Volví a tener una familia en cuanto llegaste a mi vida- Mis piernas empezaban a temblar, me sentía débil -Me enseñaste a amar. El destino te puso en mi camino y ahora el mismo te aleja de mí- Mis piernas no recistieron y caí de rodillas, sobre el agua y la arena.

Sentí las manos de Hoseok en mis hombros y comenzó a abrazarme. Abrí mis ojos y me recargué sobre su pecho, quería seguir llorando. Estábamos los dos, tirados en el la arena y algo mojados, el más que yo.

Después de llorar en su pecho al rededor de 5 minutos mis ganas de llorar se esfumaron. Alce mi vista a Hoseok que acariciaba mi cabello.

-Gracias- Dije con un hilo de voz.

-No hay nada que agradecer, con que estés bien es más que suficiente- Dió un beso en mi frente.

Nos paramos y pude notar que todo el pantalón de Hoseok, estaba mojado, yo  igual estaba mojada, pero como llevaba short pues no me mojé mucho.

-Estás empapado y es mi culpa- Dije apenada.

-Claro que no.

-Ven, mi casa queda a 15 minutos de aquí en auto. Déjame pagarte el favor- Dije en modo de suplica.

-Está bien- No lo pensó.

Fuimos por nuestros zapatos, nos lo colocamos y pedimos un taxi para ir a mi casa.

Nos Volvemos a Encontrar |Jimin, Hoseok Y Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora