Capitulo 43- Entrar en razón.

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Hola, se que soy una irresponsable y no subo los capítulos seguidos, pido perdón por eso. Pero cumplo con avisarles que este tiene escenas un poco picantes, así que decisión suya si quieren leerlas, yo avise jaja Besos, espero que les guste.

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Trague en seco, es como si las palabras hubieran desaparecido y mi cerebro se hubiera quedado en blanco.

Jude me mira cada vez mas nervioso.

-Muñeca... di algo. -Las palabras salieron casi como una suplica de su boca.

Sonrei sin saber que hacer. -Yo.. No puedo... -Dije sin siquiera pensarlo.

El se levanto rápidamente del suelo, por su cara pasaron una serie de emociones al mismo tiempo, tristeza, decepción, angustia, enfado.

-Thais...

Levante una mano para que se callara.- Yo no puedo decirte que no si me pones esa cara de perrito abandonado. -Dije antes de saltar sobre el. -Si quiero casarme contigo.- Le susurre al oído.

El se separo solo unos segundos de mi, puso el anillo en mi dedo y tomo mi rostro con sus manos dejando un beso sobre mis labios y por todo mi rostro, luego me sujeto con fuerza entre sus brazos. -Te odio  ¿Lo sabes? 

Me separe un poco de el para verle el rostro, su cara dibuja la sonrisa mas grande que vi en mi vida y sus ojos están húmedos.-No tengo dudas de eso. -Bese sus labios y me colgué de el.

No se si acabo de tomar la peor decisión de mi vida al dar este paso  con 23 años o la mejor, pero si se que por Jude vale la pena el riesgo.

Sentí sus manos presionar mi trasero y solté un suspiro sin pensarlo. -Con que a mi chica le gusta jugar y  hacerme sufrir - Dijo mientras mordía el lóbulo de mi oreja. -Creo que eso merece un castigo ¿Tu que opinas?

-Opino que estoy considerando en echarme para atrás y no casarme contigo. -Conteste mientras sonreía. -¿Que piensas hacer al respecto?

-Hacerte entrar en razón. -Sus labios rozaron mi cuello, yo eche la cabeza hacia atrás para darle acceso.

-Entonces hazlo por que estoy cambiando de idea. -Dije en un murmullo.

Lo sentí presionarme mas contra el. -Tu lo pediste nena.

Comienza a caminar conmigo encima y sube las escaleras hasta la habitación principal.

 Me deja en el borde de la cama, me quita la ropa, se arranca la camiseta de un tirón, se saca las Converse de una patada y se baja los vaqueros junto con los calzoncillos hasta los pies. 

Me tumba en la cama, me quita las bragas y se libra del sujetador a la misma velocidad. Lo hace rapido pero no lo bastante, la impaciencia y el tenerlo desnudo tan cerca me pueden. Necesito tocarlo. Me siento y deslizo las manos por su trasero. Lo atraigo hacia mí para colocarlo entre mis piernas. Su abdomen está a la altura de mis ojos y lo acaricio. Lo beso con ternura, mi  futuro  marido... que bien suena eso.

Noto sus dedos enredados en mi pelo y mis ojos recorren sus abdominales, suben por su pecho y llegan a sus ojos azules llenos  de... amor. No es deseo ni lujuria, sino amor.
Lo beso en el estómago antes de empezar a subir, y me pongo de pie hasta que llego a su nuca y tiro de él para que su boca se pose sobre la mía, le rodeo la cintura con las piernas. Me pasa un brazo por debajo del culo para sujetarme y comienza a besarme.

No me tumba en la cama, sino que me lleva al baño y se sienta a horcajadas sobre el
diván, conmigo encima. Me mira.
-Te extrañe -dice, luego tira de mí hacia abajo y nuestras bocas chocan.- Nada va a impedir que te convierta en mi mujer Thais. —añade mientras nuestros labios y nuestras lenguas
tienen una batalla campal.

Doble vidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora