Capitulo 21.

115 6 4
                                    

(Vía telefónica) Viernes 8:20 am.


Llamada entrante de Adam.


— ¿Si Diga? — Digo terminando mi tazón de cereal preparado por mí misma. Al haber atendido la llamada no me había dado cuenta de que era él al teléfono.

— Hola, Sarah. — Contesta desde el otro lado de la línea atrapando mi atención.

La señorita Miller no había asistido a casa, ella se tomaría cuatro días de viaje, visitaría a su hija, Anne y a su nieta Holly, en los Ángeles.
Así que ni hoy ni mañana ni dentro de cuatro días tendremos desayunos deliciosos preparados por Miller. Esto era una tortura, un tormento para todos. Sin Nana, no hay cocineras supervisadas y sin cocineras no hay comida. Así que tendremos que comer afuera o preparar nosotros mismo la el desayuno, el almuerzo y la cena. Triste pero cierto.

— Estoy cerca de tu casa, si quieres podría llevarte a la Secundaria. —Responde y se escuchaba música de fondo, suponía que procedía de su coche.

— Claro, tendrías que venir ya. — Respondo con el móvil en mi oído mientras retiraba mi plato de la mesa.

— Estoy llegando. — Contesta colgando la llamada.

Subí rápidamente por las escaleras hasta mi habitación, me tenía que cepillar y así, colocarme más perfume, llevaba mi pelo con una trenza de lado, también traía puesto una falda de mezclilla con broches en el frente, era de color azul claro y ajustada al cuerpo pero no demasiado, también una blusa blanca al estilo Crop Top, y unos zapatos Kitten Heels en color rosa pastel casi beige con la punta plateada. Eran lindos, y cómodos. Con poco tacón pero sin perder lo femenino y delicado. Usé en mi muñeca una linda pandora plateada con accesorios y dijes en color rojo. Me encrespé las pestañas como de costumbre y bajé las escaleras.

Antes de irme con Adam, les comuniqué a Alanna y a Amie que no iría con ellas a la Secundaria. Solo asintieron con la cabeza y siguieron en lo que estaban.

Escuché la bocina del auto de Adam así que abrí la puerta con mi mochila en mano, dentro de ella llevaba lo necesario, materiales de clase, dos libros y la libreta de apuntes, tres lapiceros y un lápiz, auriculares, cargador y móvil. El dinero lo llevaba en la cartera y en un una bolsita de la enagua.

— ¡Buenos días! — Saluda nuevamente Adam, mientras yo cerraba la puerta del coche, ya sentada en el asiento de copiloto.

— Buenos días — Contesto sonriendo.

— ¿Qué haces por aquí? ¿Tan temprano? — Pregunto mientras contestaba un mensaje de Owen.

— Mi madre me pidió que dejara a Isaac en el jardín de niños. La chica que lo lleva y lo cuida no pudo hoy. Y además estaba cerca de tu casa.

— ¿A tu hermanito? — Pregunto lo obvio.

— Si, ya te había hablado de él. — Dice mientras observa la hora en su reloj, con las manos en el volante.

— Así es. — Contesto mirándolo, creo que no se había duchado aún, llevaba su cabello café castaño alborotado y traía una bermuda gris de piyama, era de logotipos del puerco Porky, el cerdito de los Looney Tunes.

— ¿Qué me ves? — Pregunta curioso casi riendo, con los ojos en la carretera, producto de que observé demasiado su bermuda.

— Nada. — Miento apartando la mirada y permanezco en silencio.

— Llegamos. — Dice estacionando el coche a la entrada de la Secundaria.

— Gracias por traerme. — Le agradezco, mirando a través del vidrio de la ventana como Benny y Karima observaban el auto de Adam.

El Trío Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora