Sábado al medio día. Mi pie izquierdo mejoraba.
(Llamando a Adam) 12:18 pm
Al tercer timbre contestó la llamada.
— Amor... — Contesta desde el otro lado de la línea.
— ¿O estoy loca o me dijiste amor?... — Suelto aburrida. Enserio lo había dicho. No sé si eso era bueno o malo. Yo no estaba preparada para llamarlo así aun.
— Si, bueno. ¿No te gusta que le llame así? ... — Contesta riendo. Corría, se escuchaban las zancadas subiendo las escaleras en su casa, su voz agitada. Se escuchó un fuerte portazo.
— No lo sé... ¿A ti te gusta? — Continúo diciendo.
— Eso se escuchó como un no. — Agrega sincero mientras se encontraba riendo. Reía por algo en su habitación, estaba con alguien más que lo hacía reír. ¿Pero quién era? Me preguntaba a misma que sentirá Adam al estar con alguien como yo. — ¿Y cómo estás? — Pregunta y se lograba escuchar los gritos de Isaac a través de la línea. Le estaba haciendo cosquillas, estaba segura. — Isaac por favor...— Se oye Adam como dice el nombre de su hermanito, según él ese era un tono de regaño, pero estaba aguantando una carcajada.
Rio y lo pongo en altavoz.
— Bien. Normal — Contesto encendiendo mi portátil. En cinco horas, Adam pasaría por mí para asistir a la boda de su madre. — ¿Y tú qué me dices?
— Hoy se casa mi madre con otro hombre. No lo sé. Dime tú. — Dice y poco a poco se apagan su risa y la de Isaac. Pienso en lo egoísta que sonó. Su madre era libre ahora. De seguro su padre habría deseado que ella fuera feliz luego de su muerte.
— Adam...— Digo su nombre intentando decirle algo. Ni siquiera sabía que responder a eso. Él tenía resentimiento contra ella. De alguna manera sentía que intentaba ocupar el vacío de su padre con otro hombre y eso lo mataba. No le agradaba Frank, eso era más que claro.
— No digas nada. —Dice. — Contaré las horas y los minutos hasta poder verte hoy en ese lindo vestido. — Agrega y muerdo mi labio inferior. — Adam. Mi traje. — Escucho de nuevo la voz de Isaac a lo lejos.
— Isaac se atascó con su corbata. Te veo luego. — Digo colgando la llamada.
Ayer por la noche Alanna asistió conmigo en busca del vestido que usaría la noche de hoy. Era una boda lujosa y elegante. Así que yo debería verme parecida y entrar en ambiente con el lugar. Me decidí por un lindo vestido color durazno. Era entrelazado en frente con un gran escote en forma de rombo. Con pequeña perlería en la parte donde irá mi clavícula y de espalda descubierta casi por completo. Largo hasta los tobillos. Además del vestido, compré un par de sandalias de tacón muy delicadas del mismo tono de la perlería, me arriesgaría a usar tacón ya que me confiaba de mi tobillo y en su salud. Y una cartera para combinar.
Llevaría mi largo cabello rojizo suelto y le daría más forma a mis rizos en las puntas.«Sarah tenía una extraña sensación. De esos escalofríos que pasan por tu cuerpo y no tienes la más mínima idea del por qué. Solo sabes que es un sentimiento estremecedor. Ella sabía que esa no era su noche, solo era la boda de una hermosa mujer, la madre se su amor. No entendía cómo era posible tener todas esas sensaciones de felicidad en un solo día. No comprendía a que llevaba tanta energía positiva, que clase de truco mágico planeaba el destino para ella. Estaba tan confundidamente feliz y ni siquiera sabía el por qué.»
«Ese día estuvo pensando en él desde el momento en el que los rayos de sol rosaron sus pestañas y provocara que abriera sus ojos. Desde que bebió su primer taza de café en el desayuno. A la hora de bañarse, al leer su libro favorito en la biblioteca de su padre. Al mirar la foto de él en el móvil. Al analizar y llegar al punto de dudar acerca de si todo esto era cierto. Cómo era posible que ella estuviera totalmente segura e insegura de amar a alguien al mismo tiempo.»
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El Trío Perfecto.
Teen Fiction¿Tienen hermanas, o hermanos? Como ya saben la vida con ellos, suele ser un poco frustrante; pero también tiene bastantes beneficios. Hay altibajos como en cualquier familia, hay problemas, hay discusiones y reconciliaciones. Las Clinton, probable...