Capítulo 39.

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Martes luego del receso de almuerzo, Alanna competiría en un campeonato final de natación con otra secundaria. Las heridas de mis rodillas y las plantas de mis pies dolían al caminar. Usaba Jeans para evitar que se vieran y evitar las estúpidas preguntas de los demás. Aún tenía un severo trauma con lo ocurrido ayer por la noche, digo no todos superan el hecho de haberle disparado a alguien en el pórtico de su casa... ¡Por favor!...

Mamá y papá habían prometido poner más seguridad en casa. Luego de que les conté lo que pasó apenas si me creyeron, por el contrario Nana me entendió por completo. Ayer casi me matan pero hoy sigo viva. Digo...Lo normal en la vida de una persona...
Los delfines ya habían competido y ganado contra las demás escuelas de San Diego, entre ellas, la "Secundaria High Fly" en el período que Amie había estado en el hospital. Yo no había podido verla nadar o asistir a sus campeonatos, por estar con Amie. Ahora estaría compitiendo por un gran trofeo en la fase final con la "Secundaria Green Field".
Obviamente Alanna no había almorzado, no iba a poder nadar con el estómago lleno. Obvio no.
Íbamos a ganar. Alanna era muy buena, muchas escuelas de natación con nadadores importantes y reconocidos le habían solicitado hablar con ella. Muchos de sus trofeos y medallas hablaban por sí solos.

Antes de dirigirme al área de piscina, le di mis libros a Owen para que los dejara en mi casillero mientras yo me cepillada los dientes en el tocador de chicas. Al principio se negó pero luego aceptó por obligación.
Empujé la puerta de tocador de damas con las caderas por el extremo contrario de la bisagra. Tenía mis manos ocupadas. Coloqué mi mochila en la orilla de cemento-azulejo de la larga pila de los lavamanos. Saqué mi cepillo y pasta dental. Me cepillé y luego intenté acomodar mi alborotado cabello. Me estaba haciendo una trenza de cascada. Me gustaba andar peinada y con la superficie de mi rostro libre de cabello, aunque no siempre, en los días en los que mi cabello se revelaba usaba solo una coleta. Antes de terminar de peinarme, miré en el reflejo del baño, Benny entró al baño, sola. La ignoré ya que no estoy obsesionada con ella. Y me da igual si la veo o no. Dio pasos sobre sus altos tacones de 14 cm. Yo podría usar unos tacones así, talvez cuatro o cinco segundos antes de morir impactando el suelo. Ella colocó también su mochila sobre el lavamanos y sacó su cepillo de dientes y pasta dental. Me di la vuelta para buscar mi móvil en la bolsa delantera de mi mochila y salir de allí tan rápido como podía, no soportaba el hecho de estar con esa mujer en una misma habitación o un mismo país. Al darme la vuelta hice contacto visual con ella, Benny arrojó gran cantidad de pasta dental sobre mis botas de cuero negras bajas. Intentaba hacer parecer que fue un accidente, pero sabía claramente cuáles eran sus intenciones. La miré con odio sin decir una palabra iba a ignorarla tanto que entonces dudaría de su existencia, caminé hasta uno de los servicios sanitarios para tomar papel higiénico de la pared y limpiar mi bota. Limpié mi bota con el papel y me lavé las manos. Benny tomó otra cantidad más grande del tubo de pasta dental y la arrojó ahora sobre mi bota derecha. Tuve ganas de acariciar bruscamente el gran espejo del tocador con su cara. Ya estaba tan cansada. ¿Qué ganaba ésta chica molestándome? ¿De verdad se esforzaba tanto para tener mi atención?

— ¿Cuál es tu problema? — Digo mirando mi bota. Sonaba pacífica y razonable. Tenía mejores cosas que tener una conversación con ella. Mejores cosas como ver a Alanna nadar. — Arrojaste pasta dental dos veces en mi bota, y se notaba la intención.

Ella no respondió. Miré su Sweater color amarillo crema sobre su mochila. Pude caminar y retroceder de nuevo hasta el servicio sanitario, tomar papel higiénico y limpiar mi bota tal y como lo había hecho hace unos minutos. Pero no lo hice, tenía una mejor idea. En un abrir y cerrar de ojos mientras Benny estaba de espaldas, tomé el Sweater amarillo abrí el fregadero, humedecí una manga del Sweater y limpié mi bota con total lentitud y tranquilidad, Benny se dio la vuelta y me arrebató su Sweater.

El Trío Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora