— ¡Buenos Días! — Grita Alanna como loca en mi oído, despertándome al igual que a Amie. ¿Qué diablos le pasa?
— Faltando media hora para las cinco de la mañana, ¿¡A ésta se le ocurre levantarse!? — Pienso mientras aún no abro los ojos. Solté un codazo y le di en una bubi. Se quejó y me dio con una almohada.
— ¡Despiértense! Hoy es el último día del campamento, mañana nos iremos al amanecer y lamentaremos no haber realizado más actividades. — Suelta de nuevo Alanna irritándome por completo. — Vamos.
¿Por qué motivo Alanna decidió levantarse a esta hora? ¿Qué mosco la pico? De seguro uno de por aquí cerca. ¿Está loca? Ella no se levantaría temprano por gusto ni aunque le pagaran. Creo que nunca en su vida se había despertado tan temprano sin que alguien más tuviera que hacerlo, que usualmente era nuestra Nana, la señorita Miller, o en algunas ocasiones, yo.
Me encontraba totalmente cómoda, en un profundo y ostentoso sueño, con mi cobija rosa pastel y la pijama de lunares blancos. Ella sabe muy bien cuanto me cuesta a veces conciliar el sueño y llega y hace esto.
Amie por otro lado estaba con sus piernas estiradas abrazando una sábana delgada, llevaba su piyama favorita, la de logotipos de Superman.— ¿Estás loca? — Gruñe Amie. — Según tú, ¿Me voy a levantar a esta hora? De seguro que el sol ni a salido... — Añade aun abrazando su sabana. — Vuelve a dormir, lunática.
Todavía prácticamente dormida observo mi móvil y con mis párpados un poco abiertos examinó la hora. Son las 4:33 am. ¿Qué demonios...?
— Alanna, ¿Sí te das cuenta que son las 4 am y nadie está despierto excepto tú? — Digo perezosa con mi voz somnolienta tratando de no asfixiarla para que se calle. Está bien, acepto que me levanto temprano, pero no tan temprano.
Usualmente me levantada minutos antes de las seis de la mañana, seguidamente las despertaba a ellas para así asearnos antes que las demás chicas de la casilla.
— ¡Vamos chicas!... Necesito contarles la que pasó ayer en la noche cuando me encontraba sola en el bosque. — Dice Alanna con una sonrisa de oreja a oreja.
— ¿Te raptaron los nomos? ¿O viste a pie grande? — Se burla Amie. Le doy una patada por debajo de la sábana y gruñe mi nombre. — En el transcurso del día puedes contarnos....Te escucharemos mejor. — Prosigue Amie con la voz apagaba mientras tapa su cara con su sabana y me devuelve el golpe.
— Déjanos dormir. — Suplico intentando conciliar el sueño nuevamente al darme la vuelta.
— Está bien, de todos modos no es nada importante. — Responde Alanna sarcásticamente y algo enfadada. Puede que también dolida. — Iré al muelle. — Suelta mientras cierra la entrada de la tienda donde nos encontrábamos.
Sus pasos cada vez eran más silenciosos y lejanos, puesto que por la tranquilidad y silencio de la aurora, cada sonido se escuchaba detalladamente y ahora todo el sonido estaba intensificado.
— Y solo para aclarar. ¡Sí! ¡Ya amaneció! — Grita a una determinada distancia alejándose con sus pisadas aún audibles. Amie vuelve a gruñir y se duerme otra vez.
*****
Gracias a Alanna, no pude seguir durmiendo ni conciliar el sueño nuevamente, a las 4:50 am mis ojos seguían abiertos desde su ataque mañanero de hace un rato, por parte de Amie, observé que prácticamente no respira, imaginé que debía estar en un profundo sueño porque roncaba como de costumbre.
Llegué a la conclusión de no seguir realizando el inútil intento de conseguir dormir de nuevo, así que me dispuse a buscar un sweater color lavanda el cual pertenecía a Amie, para así salir de la tienda en busca de Alanna, la cual salió hace algunos minutos al muelle, creo. Me coloqué el sweater, unas deportivas blancas y unos shorts no tan cortos, dejando mi playera de pijama debajo del suéter.
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El Trío Perfecto.
Novela Juvenil¿Tienen hermanas, o hermanos? Como ya saben la vida con ellos, suele ser un poco frustrante; pero también tiene bastantes beneficios. Hay altibajos como en cualquier familia, hay problemas, hay discusiones y reconciliaciones. Las Clinton, probable...