Capitulo 31.

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En silencio. Entré a la casa por la parte trasera tratando de no llamar la atención.

Cerré la puerta y subí las escaleras descalza lentamente mientras traía las sandalias de tacón que usé para la fiesta, en las manos.

"Tenía su olor impregnado en mi piel. Impregnado en mi ropa e impregnado en mi alma."

Al estar en media escalera escucho a Alanna detrás de mí, aclarando su voz mientras tocía falsamente.

— ¡Buenos días! Sarah. — Dice y cierro los ojos con fuerza para luego darme la vuelta.

— Buenos días. — Contesto sonriendo, centrándome nuevamente en llegar hasta mi habitación y evitar cualquier tipo de conversación.

— ¿Cómo te fue en la boda? — Pregunta con aún más sarcasmo en su voz.

— Bien. Estuvo bien. Elegante, linda... Ya sabes. — Contesto de espaldas.

— ¿Y? ¿Dónde pasaste la noche? — Pregunta y me quedo quieta sin saber que decir. Obviamente no le diría que pasé la noche con Adam en su auto.

— En casa de Jasmine.  — Solté.

— ¿Enserio? Jasmine... ¿Jasmine? — Pregunta enmarcando una ceja.

— Si. — Contesto. — Jasmine, Jasmine...Nuestra amiga.

— Seguramente no hablamos de la misma persona. Porque Jasmine Ásaad, nuestra amiga pasó toda la noche conmigo en la habitación viendo un maratón de películas. Luego de llegar de una fiesta. —Contesta y maldigo una y otra vez en mi mente. No era buena para mentir, en lo absoluto.

— Es un lindo Domingo Alanna. Saldré a correr. — Digo caminando hacia toda velocidad hasta mi habitación para luego cerrar la puerta con seguro.

— Espera... Sarah. —  Dice detrás mío antes de que cerrara la puerta del dormitorio en sus narices....

El día era soleado y aunque no era tan de mañana, el clima era perfecto para salir a correr. Ni siquiera tenía pensado salir a correr hoy, pero fue lo primero que me llego a la mente para decirle en ese momento. Entré en pánico.

«Sarah pensaba en él. En lo que había ocurrido la noche anterior. No podía sacar su nombre de su cabeza. Intentaba alejar de su mente todos los pensamientos que la llevaran a él. No podía. Ya era muy tarde. Ya lo estaba amando con todas sus fuerzas»

Limpié mi rostro de cualquier tipo de maquillaje existente. Me cambié el exótico y voluminoso vestido de fiesta por ropa deportiva, y me coloqué unas calcetas para luego colocarme unas deportivas. Con mi cabello alborotado hice una coleta, busqué mi cinta para el móvil y mis audífonos. Saludé a Dona y le puse su correa. Salimos de casa para ejercitarnos.

***Algunos Días Después***


— Amie. — Digo parada en seco en frente de la puerta principal de la clínica de rehabilitación. Alanna se encontraba a mi lado. Mirábamos fijamente a Amie. Ella se encontraba de espaldas en frente de recepción. Luego de dos meses sin ver a mi hermana sentía la necesidad de arrojarme a ella y abrazarla con todas mis fuerzas.

Tenía las esperanzas de que me había podido perdonar, ya que según ella la idea de la rehabilitación fue mía. Todo fue mi culpa.

Estaba tan nerviosa. No había querido hablar conmigo los días que le dejaban usar su móvil para realizar llamadas, tampoco había aceptado que la visitara dos o tres veces al mes.

El Trío Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora