Capítulo 7.

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ESCRITO POR.

Alanna Clinton.

Era el segundo día de nuestra acampada con la preparatoria, me desperté algo cansada y muy adolorida gracias a que ayer por la tarde, en la guerra de pintura me caí varias veces, pero lo valió aunque tristemente el equipo rojo no ganó. Faltando diez minutos para la seis de la mañana, Sarah me despertó al igual que a mi otra hermana y nos alistamos para desayunar y empezar un día sin preocupaciones. Sarah estaba despierta como desde antes de las cinco. No entiendo como esa mujer puede madrugar tanto.

— ¿Y bien? ¿Qué haremos hoy? ¿No tienen nada en mente? — Pregunta Sarah con una sonrisa divertida enmarcando una ceja mientras regresamos de la cafetería. Después de todo le agradó venir al campamento aunque decía mil veces odiar acampar.

— ¿Qué tal si hacemos flyboard? Este año lo trajeron como atracción. — Respondo entusiasmada.

— Supongo que es la púnica buena idea que se le ha ocurrido a admiración. La subdirectora está haciendo metamorfosis hacia la mente abierta. ¿No creen? — Contesta Sarah sarcástica.

— El día está perfecto, el cielo se encuentra despejado y además hace mucho calor. ¿O soy solo yo? — Suelto. — ¿Se animan? — Comento dejando Sarah bastante interesada.

— Yo paso. La altura no es lo mío. — Agrega Amie con su voz apenas audible. Estaba retraída y no había aportado nada a nuestra conversación.

Amie siempre le tuvo miedo a las alturas, en realidad no siempre, pero desde que era tan solo una niña le tiene respeto a la altura, no le gustaba mucho subir a los árboles tampoco estar en los balcones o azoteas de edificios, ni nada que le significará bajar la mirada y encontrarse a muchos pies del suelo. Aunque cuando estaba ebria no le molestaba mirar por el balcón o sentarse en el borde.

— ¡Ay! ¡Vamos Amie! ¡Será divertido! — Exclama Sarah.

— ¿Tú entrarías a un Mariposario? — Le contesta ella molesta. Sarah no dijo nada, solo negó con la cabeza. — Sí. Eso pensé.

— Anímate. — Las interrumpo. — Además no es demasiada la altura, no te pasará nada. Ahí estaremos Sarah y yo para apoyarte. — Suelto, sin rodeos intentando convencerla.

— Yo... Yo no lo sé chicas. — Contesta temerosa y pensándolo demasiado.

— No te pasará nada. — Agrega Sarah. — Ya supéralo.

— Cuando superes a las inofensivas mariposas, lo haré. — Le contesta Amie sarcástica y a la defensiva mientras yo río. Sarah me da una mirada matadora.

— ¡Cómo quieras! Si quieres perdértelo. ¡Allá tú! — Suelta Sarah y se adelanta. Yo me quedo atrás terminando de convencer a Amie.

— Está bien, no es algo peligroso ni nada de esas cosas, ¿verdad? — Me pregunta.

— No. — Niego con la cabeza.

— Estaré bien, lo sé... — Me contesta bastante dudosa. Estaba intentando ser valiente pero Sarah y yo sabíamos perfectamente que se moría del miedo.

— ¿Lo harás?

— Sí. Lo haré. — Me contesta sudando frío. Nos aproximamos para seguirle el paso a Sarah.

Los encargados de las actividades acuáticas prepararon todo para hacer nuestro recorrido haciendo flyboard, estaba ansiosa y emocionada y la primera voluntaria fue Sarah, ella es bastante atrevida, siempre mostró algún tipo de valentía en diferentes ocasiones, aunque en realidad no lo fuera. Aunque en realidad se muriera del miedo, ella era así. Tal vez siempre solo fue su superioridad de hermana mayor o su gran ego.

El Trío Perfecto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora