Después de colgar me quedé algo intranquila.
-Leah, ¿estás bien? -me pregunto Astrid-
- ¿Qué?, no, la verdad es que estoy preocupada por mi familia. Me acaba de llamar un amigo diciendo que tengo que volver cuando pueda a casa, ya que pronto van a ir a la reserva un grupo de cazadores ilegales para acabar con unos lobos, que son nuestro animal sagrado y debemos impedirlo.
Si me disculpas, voy a buscar un vuelo para el jueves que viene.
-Claro, si quieres te puedo acompañar y os ayudo en lo que pueda-contestó Astrid-
-Gracias por ofrecerte, pero no es necesario y de todas formas...admito que los habitantes de la reserva son algo reacios a la gente de fuera de esta.
-Bueno, pues si necesitas algo en lo que te pueda ayudar, una vez estés allí me dices.
-Gracias Astrid, voy a intentar buscar por el móvil vuelos.
-No hace falta Leah, usa mi portátil tiene internet, es lo bueno de ser hija única-dice guiñándome un ojo-
-Gracias
-De nada y buenas noches.
Después de buscar por tres horas, encontré un billete económico para esa fecha, lo compré y ya sí me fui a dormir.
A las 7 sonó mi despertador, apenas había dormido tres horas. Me desperecé, tomé ropa limpia y fui a darme una ducha, media hora después ya estaba lista, cogí mis cosas y salí de la habitación.
Una vez fuera de la residencia crucé la calle y me dirigí hacia el edificio tres, donde sería mi primer examen, para ello tenía que cruzar las pistas de rugby, atletismo y baloncesto.
Solo me faltaba cruzar la pista de rugby, cuando alguien chocó conmigo, tirando todos mis apuntes al suelo y casi tirándome a mí con ellos, menos mal que al ser un licántropo tengo más fuerza que una chica normal.
-Lo siento, llego tarde-dijo un chico moreno de cuerpo atlético dirección al mismo edificio al que me dirigía-
-Gracias por nada-dije recogiendo mis apuntes-
Una vez lista, salí corriendo directa al salón, no quería llegar tarde.
Y al fin el primer día de exámenes terminó, menos mal que no llegué tarde al primer examen y todo salió perfecto, después de ese tuve otros dos más y también estoy bastante contenta con ellos. En el almuerzo comí con Astrid, su novio Patrick y unos amigos de él que son del equipo de rugby y otros del de baloncesto.
-Leah, ¿Qué tal los exámenes? -me preguntó Astrid-
-Pues bastante bien, aunque al primero un poco más y llego tarde.
-¿Y eso? Si saliste del cuarto antes que yo...
-Nada un idiota, que parecía tener prisa, chocó conmigo y me tiró todos los apuntes al suelo y casi me tira a mí en el proceso.
- ¿No te ayudó?
-No Astrid, solo se disculpó y siguió su camino.
-Aceptémoslo Leah, los chicos son unos idiotas y solo se interesan en nosotras, cuando necesitan algo.
-Ehhh, no somos idiotas-se quejaron los chicos, mientras miraban hacia unas chicas que entraban por la puerta del comedor-
-No, solo sois idiotas sin cerebro y que solo pensáis con lo que yo me sé-susurró Astrid-
- ¿Qué dices? -contestaron al unísono-
-Nada, que por mucho que los años y épocas pasen, los hombres sois unos trogloditas, que solo piensan en sí mismos y que piensan que las mujeres solo sirven para dos cosas, usarlas y tirarlas-contesté masticando una patata-
Tanto Astrid como los chicos, se quedaron mirándome, ellos con el ceño fruncido y Astrid con una sonrisa enorme en la cara.
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Mi vida patas arriba, la historia de Leah Clearwater
FanfictionLeah es una chica normal y corriente de 18 años, que vive en una reserva india llamada La Push junto a sus padres y su hermano pequeño. Desde hacía tres años salía con un chico llamado Sam; Él era todo lo contrario a Leah serio, con mal genio y mu...