Capítulo 26

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Días después de llegar a la reserva recibí la llamada de Astrid.

-Hola Astrid-dije contenta-

-Hola Leah, tengo algo que decirte

-¿De qué se trata?

-Los chicos y yo estamos en Seattle, pasaremos el fin de semana contigo, aunque dormiremos en un hotel en Port Ángeles, tranquila.

-¿Cómo?-dije levantándome de mi sitio junto al resto de la manada, que otro día más se habían reunido a comer en mi casa-

-Leah, tranquila todo será perfecto los chicos, Sam y yo lo hemos planeado todo, cenamos todos aquí en Port Ángeles y ya mañana nos enseñas la ciudad y por la tarde vamos a tu casa, nos dijiste que había playa ¿no?

-Estamos en pleno invierno... está bien nos vemos en Port Ángeles en...dos horas.

-Leah...-me interrogaron Jake y el resto-

-Lo siento tengo que marcharme, mañana hablamos-dije entrando a casa para cambiarme rápido de ropa-

Una vez vestida, me monté en el coche que fue de papá y salí dirección a Port Ángeles.

1h y 30 después...

Una vez llegué a Port Ángeles busqué a Astrid y los chicos, que me esperaban en LD's Woodfired Grill. Una vez aparqué el coche, me bajé y fui a unirme con ellos.

-Hola chicos-dije con una sonrisa-

-Leah, nos alegra que ya estés aquí-me dijo Astrid nada más verme-

-Hola Leah-contestaron el resto-

-¿Entramos?-pregunté-

Una vez dentro, nos sentamos en la mesa y pedimos nuestra cena.

-Y bueno Leah, ¿qué tal lleváis la reserva y tú, la protección de los lobos?

-Muy bien Astrid, ya está todo solucionado, hemos logrado echar de aquí a los cazadores furtivos-contesté algo nerviosa-

-Vaya y nosotros que vinimos a ayudaros-dijo Sam-

-Me alegro Leah, entonces mañana nos enseñarás esta ciudad y por la tarde el lugar donde naciste-dijo Astrid emocionada-

-Claro, sin problema, si queréis podemos ir a dar una vuelta, antes de volver al hotel-dije pensando en que tenía que hablar con la manada-

-Quédate con nosotros esta noche-dijo Astrid, agarrándome del brazo-

-No puedo, no he avisado y ya es muy tarde, seguramente mamá y Seth ya están durmiendo-dije tensa, al notar una mirada a mi espalda, respiré hondo y noté un olor que no me gustaba nada, vampiros-

-Chicos, tengo una idea, ¿por qué no nos echamos una carrera hasta los coches? -dije pensando rápido-

-¿Es enserio Leah?-preguntó Patrick el novio de Astrid-

-Sí rápido, una, dos y.. tres, correr-dije concentrándome a mi espalda-

Todos empezamos a correr dirección a los coches y una vez los vi, a salvo, me giré y miré atrás en busca del vampiro.

No veía a nadie, pero podía sentirlo, la sangre en mi cuerpo corría a gran velocidad al igual que la adrenalina, preparándome para entrar en cualquier momento en fase, o al menos eso esperaba. Cogí el teléfono y hablé con Astrid.

-Astrid, mira al final no puedo quedarme con vosotros debo volver a casa, nos vemos mañana ¿vale?

-Pero, ¿va todo bien Leah?

-Sí, sí tranquila, descansar del viaje-dije colgando a la vez que veía a alguien en frente de mí-

-Vaya, vaya, que buen regalito me he encontrado-dijo un vampiro acercándose a mí-

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora