Los siguientes días fueron iguales, Sam no se ponía en contacto conmigo, muchas veces en estos dos meses fui a su casa, pero siempre la misma respuesta, silencio.
Ya no lo soportaba y casi todo me sentaba mal, no podía permanecer mucho tiempo en casa, porque ese era el primer lugar donde los recuerdos volvían, mi habitación era otro de los sitios donde no podía permanecer mucho tiempo, ya que las imágenes de las veces que estuvimos solos en mi habitación me golpeaban noche sí y noche también.
Tantos días pasaron, que hasta casi olvido que hoy era mi cumpleaños número 19, y fue en ese día cuando Sam apareció ante mí.
-Lee-Lee-dijo a mis espaldas-
Nada más escuchar mi nombre, me giré y no pude evitar correr para abrazarlo.
-Sam-dije en sus brazos-te he echado de menos-dije con mi primera sonrisa en estos dos meses-
-Siento no haber cumplido mi promesa, Lee-Lee.
-No importa, lo único que me importa, es que estás ahora aquí conmigo-dije besándolo-
Sam en un principio, se quedó quieto, pero pasados unos segundos, respondió tan efusivo como siempre, el beso poco a poco se hizo más apasionado, por lo que pronto los dos estábamos desnudos y amándonos sobre la hierba.
Cuando empezó a anochecer, nos vestimos y volvimos a la reserva de la mano, en ningún momento me contó nada de lo ocurrido, por lo que le di tiempo para que me lo contase cuando él estuviese preparado.
-Sam, ¿te quedas a cenar?
-Claro Lee-Lee, vamos.
Aún de la mano entramos en mi casa, y después de saludar a mis padres y a Seth, nos sentamos a cenar.
-Y Sam muchacho, ¿qué ha sido de ti, todo este tiempo?-preguntó mi madre-
-Bueno he tenido algunos problemas personales, nada más-dijo algo tenso-
-¿De verdad es eso?
-Mamá-me quejé-
-Leah, solo me preocupo por ti y por él, quiero saber si los rumores de que estabas en algo de drogas es verdad o no.
-Mamá, ya te dije, que no escuchases a esas alcahuetas-dije enfadada-
-Lee-Lee tranquila, es normal que piensen eso-dijo tocando mi mejilla-
-¿Y entonces?
-Sue, todo lo que ha oído es mentira, no tengo o tenido problemas con las drogas. Solo que he descubierto cosas de mi pasado que me han impactado, y he necesitado este tiempo para poder acostumbrarme.-dijo Sam-
-Entendido hijo-contestó mi madre-
Aunque yo sabía, que él había mentido, lo conocía muy bien como para saber cuándo mentía o no. Después de cenar Sam y yo decidimos salir a dar una vuelta por la playa.
-Hace una buena noche-dijo Sam-
-¿De verdad, vamos a hablar del tiempo?-dije riéndome-
-No, tienes razón-dijo con una pequeña sonrisa-
Suspiré y decidí preguntarle por lo ocurrido estos dos meses.
-Sam, ¿qué ocurrió después de dejarte en tu casa esa noche?-pregunté sentándome en la arena-
-No sé de que hablas, no pasó nada.
-Sam, al día siguiente fui a verte a tu casa, y todo estaba hecho un desastre, como si una manada de lobos hubiera entrado y hubiesen roto lo que encontraban a su paso pensando que era comida-dije de broma-
-No digas tonterías Leah-dijo tenso-
-De verdad no sé lo que te pasa Sam, estoy preocupada por ti, pero tú no me dejas ayudarte-dije-
-Ya todo está bien, no tienes que preocuparte-dijo abrazándome-
-Sabes, me he dado cuenta, que sigues desprendiendo tanta calor como aquel día-dije tomando su mano-
Nada más decir eso, se alejó de mí.
-¿Ocurre algo?
-Nada, solo que tengo que marcharme, adiós Lee-Lee, nos vemos otro día-dijo alejándose-
Con un suspiro me levanté del suelo y volví a casa para dormir.
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Mi vida patas arriba, la historia de Leah Clearwater
FanfictionLeah es una chica normal y corriente de 18 años, que vive en una reserva india llamada La Push junto a sus padres y su hermano pequeño. Desde hacía tres años salía con un chico llamado Sam; Él era todo lo contrario a Leah serio, con mal genio y mu...