Capítulo 68

367 23 0
                                    


Hola, aquí tenéis un nuevo capítulo, espero lo disfrutéis. Mañana intentaré subir otro capítulo. Gracias por leer y comentar

-Per...

-No hay discusión Leah, llegado el momento te marcharás de la reserva y te pondrás a salvo en la casa de Seattle con Ryan, para protegeros.

Después de la breve discusión, con la que no estaba de acuerdo, salimos dirección a la playa, para que Halian jugase un poco. Estábamos en agosto por lo que dejamos que Halian entrase al agua.

Los días y semanas, fueron pasando sin ninguna novedad, ya todos sabían que estaba embarazada, realmente muy embarazada. Ya estaba de siete meses y para desgracia de Kyle, aún nuestros pequeños lobitos, no habían dejado saber su sexo. Pero solo había que esperar hasta marzo para descubrirlo en persona, sería un buen regalo de cumpleaños.

Fue a mediados del mes de enero, cuando todo cambió. Los Cullen llamaron a la manada al completo y a los ancianos, para que fuésemos a su mansión, había ocurrido algo.

Cuando los Cullen nos llamaron, nos pillaron a Kyle, a Halian y a mí, en el coche para ir a Port Ángeles al cine. Kyle preocupado, dio media vuelta y avisó a Ryan, que hacía unas semanas había venido a hacernos una visita.

-Kyle, ¿qué crees que habrá ocurrido? -dije acariciándome el vientre, ya que los niños no dejaban de moverse-

-Kyle, ¿qué crees que habrá ocurrido? -dije acariciándome el vientre, ya que los niños no dejaban de moverse-

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-No lo sé lobita, ¿estás bien? ¿son los niños? -preguntó Kyle preocupado, al ver mi gesto-

-Tranquilo, todo está bien, solo han decidido patearme la vejiga-dije riéndome-

- ¿Necesitas que pare en la gasolinera? -dijo riéndose-

-No, vamos a casa de los Cullen, quiero saber que ha ocurrido.

30 minutos después, estábamos entrando en el desvío hacia la casa de los Cullen. Cuando aparcamos el coche, todos estaban ya en la casa.

-Bienvenidos chicos, siento haberos interrumpido en vuestra escapada a Port Ángeles-saludó Carlisle, con la puerta de la casa abierta-

-No pasa nada, ¿qué ha ocurrido? -pregunté subiendo las escaleras con ayuda de Kyle-

Definitivamente el estar embarazada de mellizos, era un problema a la hora de moverte en los últimos meses de embarazo, sobre todo si no era un embarazo como el de cualquier otro humano. Carlisle descubrió que mi embarazo era muy parecido al de Bella, con la diferencia de que los bebes parecían ser humanos normales, algo que nos tranquilizó a Kyle y a mí.

Cuando terminé de subir las escaleras, tuve que pararme para tomar aire.

- ¿Estás bien lobita? -preguntó Kyle preocupado-

-Deja de preguntar a cada instante si estoy bien-contesté algo enfadada-solo me falta el aire, por la presión de tus hijos en mi diafragma.

Ante mi respuesta todos rieron, acostumbrados a mis cambios de humor.

-Antes de que volváis a preguntarme lo que ocurre...os lo contaré todo. Hace una media hora, recibí una llamada de parte de los Denali, ya los conocéis-dijo Carlisle-

Todos asentimos.

-Por lo visto hace dos días, se encontraron con varios vampiros que se dirigían hacia aquí, por mandato de los Vulturis. Su misión según les contaron, era destruir a todos los metamorfos de la Península de Olympic, incluidos a los híbridos.

-¿Cómo? Pero si desde hace cinco meses no se han vuelto a encontrar rastro de vampiros por aquí-dije extrañada- ¿cómo puede ser, que sepan de la existencia de los metamorfos, de Kyle y de mí?

De pronto la habitación se quedó en silencio, lo que me hizo ver que me habían estado ocultando información, todos.

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora