Capítulo 37

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Hola a todos, finalmente, no pude recuperar todo lo que tenía  escrito de la historia, por lo que los nuevos capítulos, los estoy intentando volver a escribir. Espero os guste este nuevo capítulo. Un saludo a todos y perdonar la espera.

-¿No puedes tener hijos?-dijeron Astrid y Sammy a la vez-

-Eso parece, al menos eso me dijo mi médico desde que empecé a salir con Sam.

-Leah...lo sentimos, somos unas bocazas-dijeron a la vez Astrid y Sammy-

-Tranquilas, tal vez mi médico se confundió con el diagnóstico y si pueda formar mi propia familia.

-¿Has ido a que te den una segunda opinión?

-Sí, me hicieron análisis y por lo visto todo está en orden, cuando llegue pasado mañana a casa, me harán más pruebas.

-Verás que todo sale bien.

-Gracias chicas

Minutos después los chicos volvieron. Empezamos a encender una hoguera para horas después hacer la cena, hoy sería  la tarde tranquila, mañana  nos esperaba un gran día.

Por la mañana paseo en canoa y por la tarde senderísmo y tiro con arco, la noche sería tranquila ya que al día siguiente  a las siete de la mañana salíamos dirección  al aeropuerto de Manistee.

Mientras esperábamos  a que el fuego se redujera a brasas para hacer la cena, contamos historias de nuestra infancia y las chicas planeamos nuestro viaje a Francia.
Una vez cenamos decidimos contar historias de miedo, entre ellas de vampiros y hombres lobo.

Cerca de las tres de la mañana decidimos  irnos a dormir y fue esa noche, la primera vez que soñé  con el lobo negro de ojos azules que me salvó en PortAngeles.

A la mañana siguiente después de desayunar, al fin iniciamos nuestro  paseo en canoa, según nos dijeron los dueños del embarcadero a unos 5 km de distancia nos íbamos a encontrar las mejores vistas del parque. Emocionados empezamos el recorrido haciendo pequeñas competiciones entre las diferentes canoas.

Fue a menos de un kilómetro  de llegar al lugar que nos habían dicho, cuando un fuerte estruendo como de rocas desprendiéndose nos hizo parar, de pronto volví  a escuchar su voz.

-Da la vuelta, hay vampiros cerca, yo me desharé  de ellos-escuché en mi mente-

-Está  bien-le contesté-

-Chicos creo que es mejor que volvamos-dijo Astrid asustada-

-Mejor vamos a ver que ha pasado-dijeron los chicos-

-Estoy con Astrid, es mejor volver y avisar a los dueños del embarcadero, para que manden ayuda-dije para convencerlos-

-Leah tiene razón-dijo William-

Decididos regresamos al embarcadero, nada más bajar de la canoa, me excusé con todos y me adentré en el bosque. Una vez me alejé,  entré  en fase y fui en busca del rastro del lobo para ayudarle.

Cuando llegué  a la zona por donde escuché  su voz, lo volví  a escuchar.

-Aléjate de aquí, es peligroso-decía-

Corrí  dirección  a su voz, cuando escuché  un aullido, preocupada corrí  hacia él,  pero ya no estaba.

Lo busqué  un rato más,  pero al no haber señales de él  volví  al campamento,  seguramente estarían  preocupados. 

Cuando llegué  al campamento los chicos preguntaron por mí.

-Leah, ¿dónde  has estado? Estábamos preocupados-dijo Astrid-

-Lo siento, no me encontraba bien y fui a dar un paseo, no esperaba entretenerme tanto, estar en el bosque me hace perder la noción  del tiempo-contesté-

-No lo vuelvas a hacer-dijo Patrick-

-Tranquilos, no volverá  a pasar. ¿Hacemos la comida?

Pd: Espero os gustase el capítulo y también  espero actualizar pronto 😉

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora