Capítulo 44

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Siento la tardanza, pero ahora tengo mucho trabajo ya que empieza la temporada alta y me deja poco tiempo para escribir. Con este capítulo creo resolveréis alguna de las incógnitas, espero actualizar lo más pronto posible y ya descubriros vuestras sospechas después de este capítulo. Gracias por leer

-Mi nombre es Eleazar, soy amigo de los Cullen, llevamos cerca de 10 días buscándote, hasta que hace tres días te encontramos aquí inconsciente y temblando.

-¿10 días? No puede ser, debo volver a recoger mis cosas, en tres días sale mi vuelo hacia Francia.

-Tranquila Leah, ya que has despertado, no creo tardes mucho en recuperarte de ese ataque.

-No lo entiendo, si me atacaron hace cinco días, ¿por qué aún, no he sanado?

-He estado investigando Leah y es algo apasionante e increíble lo que te ha pasado. Pero primero quiero que me cuentes, que ocurrió antes de que recibieras el ataque.

-Yo...-dubitativa, empecé a contarle todo lo ocurrido desde que salí de la reserva, justo cuando iba a contarle sobre mi salida a ver el atardecer y lo que pasó después, la puerta se abrió de forma brusca, dejando entrar a Carlisle, Edward y por último a Jacob.

-Leah, menos mal que te hemos encontrado, cuando Eleazar nos informó que te había encontrado, vinimos en el primer avión a por ti-dijo Jake abrazándome-

Ante la presión de su brazo, un alarido salió de mi boca.

-Cuidado Jacob, está herida, si podéis salir veré cómo está la herida-dijo Carlisle-

-Vamos Jake-dijo Edward-

Una vez a solas con el doctor Cullen, me empezó a retirar un vendaje, que no sabía ni que estaba ahí.

-Bien Leah, voy a lavarme las manos, algo no va bien en esa curación-me dijo-

Aprovechando que estaba lavándose las manos, me levanté y fui a mirarme en un espejo. Cuando vi la herida, algo en mi interior se removió, se apreciaba perfectamente la garra de un lobo, me acerqué un poco más para ver mejor y vi entre el arañazo dos pequeños orificios.

-No es posible, no puede ser-dije alejándome del espejo-

-¿Leah, qué ocurre?-preguntó Carlisle-

-Me ha mordido un vampiro....pero no es posible, si hubiera sido así, tendría que haber muerto-dije con lágrimas en los ojos-

-Déjame mirar, te voy a curar la herida y después ya hablamos.

El doctor Cullen, curó mi herida y a continuación entraron otra vez Edward, Jacob y el tal Eleazar.

-Leah, Jacob, Carlisle y Edward, lo que os voy a contar después que Leah nos cuente lo que le ocurrió, os va a sorprender, pero todo es cierto, aunque difícil de asimilar. - Por favor Leah, ¿puedes terminar de contarme lo que te ocurrió?

Yo asentí y les conté, como la persona que escuché en mi forma lobuna y me ayudó en varias ocasiones, se comunicó conmigo en mi forma humana y como me marcó. Cuando terminé de contarles todo, se sorprendieron muchísimo y Jacob no daba crédito.

-Bien, ahora es hora de que os cuente, lo que sé de todo esto-dijo Eleazar-

-Cuando estuve viviendo hace muchos años con los Vulturis, uno de sus grandes deseos era tener a los vampiros más fuertes y talentosos en sus filas, y como sabéis lo sigue siendo, sobre todo por los diferentes dones. Entre muchos de sus libros y anotaciones, los Vulturis estaban investigando la existencia de unos híbridos específicos. Ya sabéis que los licántropos y los vampiros somos enemigos naturales, pero no siempre fue así. Según unos de los documentos que leí, fue culpa de los primeros vampiros que esto fuese así, ya que su control al alimentarse de la sangre humana era nulo, hasta pasados unos años.


Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora