Capítulo 43

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Holaa, aquí os dejo un nuevo capítulo, espero os guste, desde ya aviso que a partir de aquí, la historia se pone más interesante. Disfrutar de la lectura y no me matéis por dejarlo así. Intentaré actualizar pronto.

Mientras tanto en Canadá....

Según el móvil, la boda ya había sido, hoy era lunes por lo que la boda fue ayer, así que ya estaba algo más relajada, ya que no tuve que sufrir viendo cómo se casaban el que es el amor de mi vida y la que fue mi prima y mejor amiga.

Ya que tenía ropa nueva, decidí ponérmela y aprovechar, y disfrutar de las vistas del parque. Justo eran las 21:20 cuando el sol empezó a ocultarse dejando ante mí una vista maravillosa. En ese mismo momento, me intenté girar al notar una presencia a mis espaldas, pero algo me lo impedía, fue entonces cuando lo volví a escuchar.

-No te gires Leah, no te asustes, no puedo hacerte daño-dijo esa voz en mi mente-

-¿Quién eres?¿Por qué no me dejas verte?-pregunté-

-Aún no es tiempo de que me veas, te prometo que en nuestro próximo encuentro todo será diferente-susurró su voz ,esta vez en mi oído, lo que hizo que un escalofrío pasase por mi columna-

-¿Por qué tanto misterio?-pregunté-

-Es necesario hermosa, sino correrías peligro. Por eso estoy aquí, para protegerte de los que me siguen, necesito marcarte-dijo poniendo sus brazos en mi cintura y su cara en mi cuello-

-¿Marcarme? No lo entiendo.

-Leah, solo déjame protegerte-contestó con voz ronca, echando su aliento en mi cuello-

Mi pulso ante su tacto y su voz, se empezó a acelerar. De forma imperceptible o al menos eso quería creer, gemí y asentí.

Él, acerco sus labios a mi cuello, lo besó y lamió, ante su contacto cerré los ojos, fue entonces cuando noté algo atravesar mi cuello y seguido de esto, noté como una garra de animal me rasgaba del cuello al hombro izquierdo.

De repente todo pasó muy rápido, intenté gritar por el dolor, pero a la vez me notaba excitada y sin previo aviso me desmayé. Entre la neblina en mi cabeza, notaba como alguien me tomaba en brazos y me tumbaba en un lugar cómodo, me acariciaba con cariño y susurraba palabras de ánimo.

El quemazón y dolor del cuello, duró mucho tiempo, uniéndose a esto un gran temblor y escalofríos. Acaso ¿me estaba muriendo?¿Me había mordido un vampiro y un lobo me salvo? No entendía nada.

Mi mente no dejaba de trabajar, pensaba en cientos de posibilidades, pero a ninguna le encontraba sentido, además quería abrir los ojos, pero no podía, la sensación de alguien tocándome de forma íntima no se iba, pero al contrario de todo, no sentía miedo, sino mucho placer. Llegado un momento creí escuchar, que tenía que irse, pero de nuevo perdí el poco conocimiento que tenía.

Cuando al fin pude abrir los ojos era de noche, sentía mi cuerpo entumecido, como si hubiera estado dormida mucho tiempo. Miré a mi alrededor y vi que estaba en la cabaña donde me estaba quedando.

Quizás todo había sido un sueño, fui a levantarme de la cama, pero un terrible dolor de cuello y hombro, me hizo volver a acostarme.

-No hagas eso Leah, vas a lastimarte más-me dijo una voz que no conocía-

-¿Quién eres tú y qué me ha pasado?


Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora