Capítulo 33

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Holaa, siento mucho el retraso en actualizar esta historia.Pero la verdad es que a penas tengo tiempo entre el trabajo y los estudios, a parte de mi falta de tiempo estoy algo bloqueada con la historia, la inspiración va y viene, y por mucho que leo, veo películas y viajo, a veces no me llega la inspiración, por eso también tardo en actualizar. Deciros que aunque tarde en actualizar, nunca dejo sin terminar una historia.Esta época además es dificil escribir ya que en las fiestas navideñas es cuando más trabajo tengo, soy guia turistico y a penas tengo tiempo para tener vida social, asi que espero entendáis y disculpéis mis retrasos en las actualizaciones.

Y ya después de soltaros todo este testamento, os dejo el nuevo capítulo. Disfrutar.

Nada más verlos, mi mirada se quedó clavada en un chico alto, moreno y cuerpo atlético, realmente se veía muy atractivo. Aunque no podía ver su cara debido al antifaz que todos llevaban puesto.

En un momento, Astrid tiró de mi brazo y perdí de vista al chico que bailaba, cuando volví a mirar el ya no estaba.

-Ya estamos aquí chicos-dijo Astrid parando delante de todo el grupo-

-Chicas nos alegra que ya estéis aquí, ¿Qué tal todo Leah?-preguntó Patrick-

-Hola chicos, todo genial Patrick, pronto quiero le revancha, la otra vez me ganaste corriendo porque hiciste trampa-contesté-

-Bien Leah, la tendrás, pero participaremos todos, después de los exámenes que estaremos más relajados.

La noche para mi sorpresa fue muy bien, todos nos divertimos mucho y no pude dejar de reír con las ocurrencias de Patrick y William.

A las tres de la mañana decidimos dar por terminada nuestra noche y volvimos a nuestras respectivas habitaciones.

A la mañana siguiente desperté algo nerviosa y sudorosa.

Seguramente sea por algún sueño que había tenido, pero realmente no lo recordaba.

Cuando Astrid despertó, bajamos al comedor de la residencia y empezamos a hacer nuestra comida. Aún no había nadie, seguramente el resto de estudiantes también salieron anoche y aún no habrían despertado, aunque fuesen ya cerca de las 2 y 30 de la tarde.

Después de preparar la comida nos sentamos y comentamos nuestra noche en la fiesta.

-Y bien Leah, ¿disfrutaste anoche en la fiesta?

-Sí la verdad que me lo pasé muy bien

-Y Leah, ¿viste la de chicos guapos que había en la fiesta? sobre todo los dos que estaban bailando para el striptease-dijo moviendo las cejas-

-La verdad es que no me fijé mucho-dije mirando hacia otro lado-

-No te creo, vi como mirabas a uno de los chicos que bailaban.

-Sólo me resultó conocido-contesté-

-Umm, nunca te lo he preguntando ¿tienes novio?

-Yo...no, no tengo novio, llevo varios años sin novio, no necesito a ningún hombre para ser feliz-contesté encogiendo mis hombros-

-Leah, puedes confiar en mí. Cuéntame...

-Está bien, sólo no me interrumpas. Recuerdas a mis amigos de La Push,¿verdad?

-Si..

-Bien pues uno de ellos Sam, el mayor de todos los chicos...fue mi novio desde el instituto, estuvimos juntos cerca de cuatro años, todo nos iba muy bien, estábamos muy enamorados y ya habíamos pensado en irnos a la ciudad al terminar el Instituto, para yo entrar a la universidad y él buscar trabajo, y así una vez establecidos, casarnos y formar una familia.

-¿Y qué pasó, para que eso no ocurriese?-me interrumpió Astrid-

Miré por la ventana, volviendo a recordar esos días tan dolorosos y continué hablando.

-Un día todo cambió, él se marchó de la reserva, durante semanas no supe nada de él, pensé que al él regresar todo volvería a ser como antes, pero no fue así. Un día una prima vino de visita, para mí era como mi hermana, Sam no la conocía y entonces decidí presentársela. Nunca imaginé que eso cambiaría todo...como ella se quedó varios días en casa y uno de ellos...vi como Sam estaba con ella, me acerqué a ellos y fue entonces, cuando escuché como Sam le decía que se había enamorado de ella, que no lo pudo evitar y que hablaría conmigo para explicármelo...

Le pedí explicaciones y ¿sabes lo que me contestó?-dije con lagrimas en los ojos-

-Leah...

-Tranquila...sólo me dijo que había sido el destino, que debía entenderlo-dije riéndome irónicamente-después de eso me marché de allí y entré a casa a llorar. A partir de ese día entré en depresión, por la ventana los veía felices y los demás de la reserva, entre ellos mis padres, aceptaron esa relación. Me sentía herida, triste y sola. Ya que además de perder al amor de mi vida, también perdí a mi prima. Desde entonces cuando salía de casa intentaba evitarlos, no quería verlos y tampoco hablar con ellos, por mucho que los dos hacían lo posible para hablar conmigo.

Fue entonces cuando decidí irme de la reserva y estudiar lo que siempre quise. Por desgracia tuve que atrasar mi marcha, ya que mi padre enfermó, meses después, mi padre murió y ya sí decidí venir a estudiar aquí.

-Lo siento tanto Leah...

-Tranquila, creo que ya estoy empezando a superarlo, solo lo veré el día de su boda y después no volveré allí hasta terminar la carrera.

-¿Vas a ir a su boda, después de todo lo que te hizo?

-Si, han pasado cerca de dos años desde lo que pasó, necesito cerrar ese capítulo de mi vida y mi madre también me lo pidió.

-Eres muy valiente Leah, yo no sería capaz de hacerlo.

Después de hablar un rato, decidimos seguir comiendo, cuando íbamos a empezar a comernos el postre, Sammy llegó a nuestra mesa.

Mi vida patas arriba, la historia de Leah ClearwaterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora