Recomiendo que escuchéis la canción de incomplete mientras leéis este capítulo
La noche estaba bastante oscura sobre todo por la cantidad de nubes, que se estaban formando sobre mi cabeza, pronto llovería.
Miré como el mar poco a poco empezó a revolucionarse y segundos después un rayo iluminó el acantilado, sin pensarlo, entré en el bosque camino al acantilado y cuando estaba en lo más alto, alcé mi cabeza al cielo y empecé a girar en el sitio con los brazos abiertos y los ojos cerrados, mientras la tormenta comenzaba.
No sé cuánto tiempo estuve así, pero la ropa ya era una segunda piel, de lo pegada que estaba en mi cuerpo, mi pelo estaba suelto por mi espalda y pegado también a mi piel, las lágrimas ya no estaban pero la desilusión, la tristeza y la añoranza, seguían ahí presentes.
El ruido de un árbol caer por el impacto de un rayo a mi espalda, me sacó de mi pequeña burbuja, dejé de dar vueltas y abrí los ojos.
Miré hacia el mar embravecido y por un momento pensé en saltar, para soltar algo de adrenalina, pero con este temporal, podría ser peligroso.
Decidida a saltar mañana, empecé mi camino de vuelta a casa.
Cuando llegué las luces estaban apagadas, excepto la pequeña luz que desprendía la televisión, entré sin hacer ruido y justo cuando subía para darme una ducha de agua caliente, mi padre habló.
-Me alegro que no lo hayas hecho-dijo mi padre-
-¿De qué hablas?-pregunté al no saber a qué se refería-
-El mar está muy alterado, como para saltar desde allí arriba
-Mm claro-susurré-me voy a dar una ducha, buenas noches.
-Leah, todo se solucionará-dijo besando mi frente-
Yo solo asentí y subí a por el pijama antes de ir a la ducha, minutos después, el agua caliente relajaba mis músculos y mis pensamientos volvieron a ser inundados por lo ocurrido esa tarde con Sam.
A la mañana siguiente desperté algo tarde, desayuné en silencio y luego me fui dirección a la playa, había nubes como siempre, pero seguro no llovería hasta la noche, miré el mar calmado y el acantilado.
Entré a casa me cambié de ropa y salí dirección al acantilado.
-Leah, papá dice que lleves esto-dijo Seth con una bolsa con comida y bebida, además de ropa-
-Gracias enano-dije revolviéndole el pelo-
Volví a ponerme en marcha y a media mañana llegué allí, en la zona más baja del acantilado vi a los chicos de la reserva saltando, esperaría a que saliesen del agua para saltar yo.
Paul fue el último en saltar, cuando su cabeza la vi salir del agua, dejé las cosas en el suelo, y fui a coger carrerilla para saltar al mar.
En el momento que noté el viento en mi cara, sentí una subida de adrenalina increíble, lo que me hizo sonreír y abrir los ojos, justo en el momento en el que una ola rompía cerca de mí, una vez dentro de la congelada agua, nadé hacia la superficie.
Con cuidado salí del agua y entonces fue cuando vi a mi padre mirándome y a Sam a unos metros de las rocas, cerca de donde yo estaba.
Escurrí mi pelo y con pasos indecisos me acerqué a Sam.
-Hola Leah-saludó-siento lo de ayer.
-¿Estás bien?-dije acercándome-
-Sí, solo no te acerques más por favor-dijo haciendo que me detuviera-
Otra vez me estaba rechazando la persona a la que más quería.
-Solo...quería saludarte....como...siempre-dije-
-Leah han cambiado muchas cosas...y necesito acostumbrarme a esos cambios-dijo-
-No tienes por qué pasarlos solo, yo puedo estar contigo-dije acercándome a él-
-No Leah, no lo entiendes-dijo cabreado-necesito que te alejes de mí hasta que esté preparado y acostumbrado a este cambio, no quiero hacerte daño.
-Me lo estás haciendo al alejarme de ti-dije con lágrimas en los ojos-
-Lo sé y lo siento Lee-Lee, espero que pronto las cosas las pueda controlar-dijo tocando mi mano-no me busques, yo me pondré en contacto contigo, cuando me vea capaz de soportarlo.
-¿Me dejas?-dije aguantando las ganas de llorar-
-No, solo nos tomaremos un tiempo hasta que me adapte a todo esto, Lee-Lee te quiero, pero las cosas han cambiado, te prometo que en cuanto pueda, todo volverá a ser como antes.
-Está bien Sam, solo déjame besarte hasta que la próxima vez nos veamos-dije tragando saliva-
-Leah no, por favor, no lo hagas más difícil.
Asentí y sin poderlo evitar, salí corriendo de ese lugar que tanto daño me estaba produciendo. No dejé de correr hasta que me di cuenta de que estaba demasiado lejos de la reserva.
Rendida me senté en el húmedo suelo y lloré por horas, hasta que mis ojos estaban secos totalmente. Y esperaba que de verdad Sam se pusiese en contacto conmigo pronto, y no solo fuese una escusa para mantenerme ocupada.
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Mi vida patas arriba, la historia de Leah Clearwater
FanfictionLeah es una chica normal y corriente de 18 años, que vive en una reserva india llamada La Push junto a sus padres y su hermano pequeño. Desde hacía tres años salía con un chico llamado Sam; Él era todo lo contrario a Leah serio, con mal genio y mu...