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Nota: Este capítulo fue corregido, no se quito ni se agrego nada.






Sin duda, la colisión más asombrosa del universo es el choque de miradas entre dos personas. Es el único accidente donde nadie sale herido y, tras el impacto, surge algo sin precedentes y aún más asombroso, una felicidad colateral: se esboza el nacimiento de una sonrisa.

William Osorio Nicolás – Amor Con Palabras.




***

Narra Mila





Miro por la ventana de mi nueva habitación los paisajes de la ciudad pintados de otoño sin lugar a duda mi estación favorita.

No es fácil adaptarse a una nueva ciudad, pero si es con la que has soñado la mayor parte de tu vida se hace mucho más sencillo, mi departamento queda cerca de la universidad, vivo en el piso doce y lo comparto con mi mejor amiga de la vida Charlotte Bemberg alias Lotie, tiene 21; mi nombre es Mila Kross, pero todos me dicen Mimi, tengo 21 años al igual que Lotie y espero que este primer periodo sea tranquilo.

Hoy comenzaba el primer día de clases en la universidad y estoy muy nerviosa siempre he sido de las "populares", ya que antes era presidenta de curso, capitana del equipo de voleibol y muchas otras actividades, pero también tengo un carácter fuerte y por eso tiendo a tener conflictos. En ese sentido Lotie es igual a mi si se meten con una, se meten con las dos.

Voy de camino al campus a mi primera clase, Lotie llega la próxima semana de sus vacaciones en Grecia, así que debo tomar atención por la dos.

Antes de llegar a la universidad paso por una dosis diaria de cafeína sin eso no vivo, voy tan apurada que, de camino choco con alguien, levanto la mirada y veo a un tipo alto como de metro ochenta, con una cara de señor seriedad que te la encargo y lo peor es que manche toda su camisa blanca con mi preciado café, corro en busca de servilletas y comienzo a pedir disculpas.

- ¿Qué no miras por dónde vas? – al parecer no era solo la cara de gruñón, el carácter igual.

- Lo siento, yo iba atrasada a clases y – ni siquiera me dejo terminar porque él ya estaba metiendo su boquita.

- No me importa. – medio tanta rabia que tome mi billetera, saque unos cuantos billetes y se los tire.

- Ahí tienes para la tintorería o para comprarte una nueva. – me di media vuelta y me marché, total nunca más lo iba volver a ver.

Por culpa del estúpido de la cafetería me había perdido la primera clase de anatomía, por suerte en el colegio nos habían enseñado de esta asignatura y lo peor de todo es que ni yo aguantaba mi maldito genio todo porque mi preciado café se había derramado en la camisa del chico de ojos sin expresión y de carácter nefasto.

Pasaron las horas y llegó el bloque de fisiología, ingreso la profesora junto con su ayudante, cuando me voy dando cuenta de quién es, lo primero que pienso es que no puedo tener más mala suerte, es el chico de la cafetería se llama Benjamín Koppola, va en tercero de medicina y es el ayudante de la profesora.

En Efecto Tú (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora