Cap. 2: Vecino de la habitación 22

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Un clima templado acompaña a la buena noche y a las almas solitarias de la ciudad que vagan por las solitarias calles de nadie.

En estos momentos vemos a Lina caminando con sus torpes pasos, arrastrando los pies mientras que se ayuda con su mano izquierda para no caer. En la mano derecha lleva una botella de whisky por la mitad (gran parte del contenido se encuentra derramado en su pequeña blusa y brasier), por momentos le da sorbos y aumenta sus mareos y dificultades para caminar, sin embargo ella orgullosa de si misma confía en que llegara al apartamento.

-Ugh... pensé que esa mierda de apartamento estaba mas cerca... -Coloca el pico de la botella en sus labios y le da unos grandes tragos para ver si se pone un poco mas lucida, pero después de beber pierde el equilibrio y casi cae de espaldas pero una pared detiene su caída -Pero miren esto jeje, ya estamos aquí...

Esta busca en los bolsillos de su chaqueta de cuero las llaves, escarba y busca, de sus bolsillos caen papelitos con números de hombres que conoció hace unas horas y finalmente encontró algo esponjoso, un osito rosado, lo sacó y con él las llaves.

-¿¡Pero que mariconada es esta!? -Pregunta mientras tambalea. Pero restando importancia al llavero toma la llave y la ingresa. Al abrir la puerta se mete al recinto al arrastre.

Con esfuerzos llega al ascensor que se hace de rogar ya que para su sorpresa hay una nota y unas cintas que dicen que se clausuro para reparaciones.

-Que puto fastidio... no importa. A la mierda con el puto el-... elevador -Frunce el ceño y siente como la cólera se apodera de su ser.

Lina comienza a subir las escaleras y con uno de los escalones se queda enganchado su fino taco y tropieza para caer sobre sus pechos sobre la completa dureza de los escalones.

-¡Auch! -Se queja mientras que se agarra las mamas -¡Tacones del infierno, jódanse! -El dolor en sus pechos se disminuyó y procede a quitarse los calzados y aventarlos por ahí.

Ahora mucho mas cómoda sube con facilidad al segundo piso y logra llegar a su habitación. Una vez ingresado en los interiores de la vivienda ni se molesta en cerrar la puerta, suelta la botella dejando que el contenido se derrame en el toma corriente múltiple en el cual se encuentra enchufado el cargador del celular de Timmy con su celular justo al lado.

Todos los cables y enchufes comienza a lanzar chispazos pero Lina no le presta ni la mas mínima atención a eso ya que se dirige al cuarto para ir a dormir. En la cama se encuentra Timmy durmiendo plácidamente ya que esta noche le tocaba a él la cama. Sin embargo, Lina se pone al lado de la cama, muy cerca de donde esta el chico y comienza a desvestirse.

Quedándose en paños menores ella comienza a acercarse a Timmy, no puede evitar pensar que es adorable el niño con sus mejillas coloradas y esa cara de bebe que tiene y con lentitud se mete en la cama con él.

El ambiente comienza a calentarse, y las pequeñas llamas que se formaron a causa de los chispazos también. Lina se siente como dudosa al tratar con Timmy ya que pasaron al menos 3 días desde que están juntos y él ni siquiera mostró ni un ápice de interés por ella. Usualmente los jóvenes de su edad estarían como perritos alzados detrás de ella... pero el niño no demuestra nada. ¿Será gay o tonto? Lina cree que este momento es ideal para descubrirlo y no resiste darle un pequeño pico en los labios.

Por alguna extraña razón, Lina disfruta mucho de esto, no sabe si es porque tal vez le esta por robar su primer beso a un niñato o porque solo ella lo esta disfrutando.

Las ganas que siente de Timmy aumentan en gran medida por cada piquito que le da y no solo eso aumenta sino que el fuego también. La pequeña alfombra que esta en la sala principal se incendia al igual que la entrepierna de Lina.

BoschiiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora