Encuentro con la diosa plateada

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Punto de vista de Aru.

Cogí un avión desde Tokio con destino Nueva York pero para despedirme en Tokio mis amigos montaron todo un comité de despedida en la terminal que me hizo sentir tanta vergüenza ya que vinieron con una pancarta que decía "que tengas un buen viaje señor", se noto que lo ha escrito Tony, las doncellas de Uzume me dieron un abrazo, palmadita en la espalda o un beso dependiendo de que doncella sea, después de eso Alex se acercó a mi y me despidió con un beso en los labios haciendo que la mayoría de la gente normal nos mirase raro y acelerasen el paso.

- Llámanos cundo llegues - me dijo mi prometida - estaré con Tori hasta que tenga que ir a la renovación de los votos matrimoniales de tu madre de acogida.

- Tranquila - le dije - os llamaré a todos, podéis quedaros en mi casa hasta que os llame.

Todos asintieron y anunciaron mi vuelo en megafonía me volví a despedir de mis amigos y me subí al avión, tras esperar en pista por unos quince minutos por fin tuvimos permiso para volar y cuando llevábamos unas cuantas horas de vuelo llamé a Percy y le dije que llegaría a las once de la noche hora estadounidense y cuando colgué el teléfono el piloto nos dijo que estábamos atravesando una zona de turbulencias, cosa que me da un miedo terrible, si, se lo que estais pensando , "eres el asesino de los dioses te as enfrentado a demonios, dioses y al destructor del mundo, ¿y le tienes miedo a volar?", no tengo miedo a volar, tengo miedo a estrellarme, así que llamé a una azafata para que me inyectara un calmante por vía intravenosa y me tiré durmiendo casi todo el camino hasta que el pilotos nos aviso que íbamos a empezar el descenso hasta que aterrizamos.

Una vez toqué suelo estadounidense me invadieron los recuerdos, fui a buscar mis maletas lo cual me llevó unos cinco minutos y luego llamé a mis amigos, les conté que había sido un viaje tranquilo y que en los pocos minutos en los que he estado en Estados Unidos no me han atacado ni nada y después de eso se fueron a terminar de hacer la comida y como sabía que Percy no iba a estar a tiempo me fui a un Starbucks que estaba cerca de mi puerta de embarque y pedí un té de manzana para pasar el rato, tras un buen rato esperando y de tres tés de manzana me llega un mensaje al móvil preguntándome donde estaba al cual le respondí con otro diciendo que estaba en una cafetería cerca de mi puerta de embarque y tras otra espera llegó hasta mi y me dijo.

- ¿Álvaro?.

- Hermano, mis amigos me llaman Aru - le respondí mientras me daba la vuelta para verle la cara - tío no as cambado nada - le dije mientras veía su pelo negro y sus ojos verdes como el mar.

- Tú si que has cambiado en todos los sentidos - el me dijo - mira tu pelo y tu cara y ¿te has pintado las uñas? - dijo mientras miraba las uñas que me había pintado Uzume hace ya unos años.

- Si - le contesté a él con una sonrisa - ¿pasa algo?.

- Para nada - dijo mientas me daba un abrazo haciendo así que me tensara pero al final le devolví el abrazo - volvamos a casa.

Le asentí con la cabeza y caminé detrás de él hasta que vi a una chica rubia con el pelo largo recogido en una cola de caballo y un mechón de pelo rebelde que caía delante de su rostro, ojos grises como la tormenta que vestía con un abrigo de color gris y unos pantalones de color negro con una zapatos del mismo color que el abrigo.

- Hola, soy Annabeth la novia de Percy - dijo la chica.

- Hola soy Aru - me presenté - pero no hacía falta que te presentaras señorita Chase - dije haciendo que la hija de Atenea me mirase extraño - Percy me lo ha contado todo sobre vosotros.

- Vaya, eso no lo sabía - dijo mientras le daba una mirada a su novio haciendo que se estremeciera - entonces sabrás que tengo muchas preguntas para ti.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora