La segunda purificación

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Punto de vista de Sam.

No sabía qué hacer, Tony está retorciéndose en el suelo mientras se peleaba con ese ser viscoso que tenía pegado a la cara. Parecía que no podía respirar, como si ese demonio se lo impidiese.

Pasó un momento y apareció Aru, él me explicó lo que le estaba pasando a Tony, al parecer está siendo poseído por el demonio.

- Recuerda, tienes que apuntar al corazón - dijo mientras prendía mi katana con fuego blanco - pero todavía no está poseído al cien por ciento, si lo llega a poseer por completo estarás en problemas.

- De acuerdo - le dije - voy a salvar a mi novio.

- Bonita frase - me dijo causando que me avergonzara un poco y después se fue.

Me giré para mirar a Tony, él todavía tenía la cara tapada por ese bicho viscoso, si os digo la verdad, las cosas así como los slimes, no me gustan para nada, prefiero las cosas suaves y blanditas.

Tony empezó a caminar en mi dirección, seguramente controlado por ese demonio. Me puse en guardia con mi katana en llamas en alto, si le cortó no le haré daño, ¿Verdad?.

Cuando llegó a donde estaba yo, el bicho intento darme un manotazo, que, por ser muy lento al tener un cuerpo tan grande sin saber cómo manejarlo, lo esquivé con mucha facilidad. Al esquivar, Tony (siendo controlado) chasqueó los dedos causando que la hierba donde estaba yo sé atara a mis pies causando mi caído y mi inmovilización. Él se colocó encima de mí mientras me agarraba los brazos, este demonio es muy descarado, ni si quiera Tony a llegado a ponerse así conmigo.

Intenté quitármelo de encima, me revolvía y me sacudía, pero él no se quitaba. En su cara, la basa viscosa, se había formado una especie de cara, era de color morado con tres puntos de color negro a modo de ojos y boca. Él acercaba su cara a la mía y soltó un pequeño gruñido justo a centímetros de mi rostro.

Se iba acercando poco a poco, me estaba asustando, no sabía que hacer, cerré los ojos y aumenté mi temperatura corporal, la subí tanto que empecé a quemar la hierba que me tenía aprisionada, las llamas se extendieron por el suelo quemando toda la hierba del lugar en donde estábamos, haciendo que Tony me soltase y saltase hacia atrás para liberarse de las llamas quedando yo libre para poder purificar a mi novio.

Cuando me levanté recogí mi katana Tony sacó sus senbons (NA: agujas que solían usar los ninjas para matar de forma discreta a alguien, miden un total de 10 cm) y los lanzó de una forma muy vaga hacia mi, con un movimiento lateral de mi katana conseguí desviar los senbons. Volvió a lanzar senbons, pero los desvié de la misma forma. Corrí en su dirección hasta que me quedé a centímetros de su cara con la punta de mi katana a unos pocos milímetros de su ojo.

- Esto se acaba aquí - le dije mientras levantaba mi katana.

Cuando fui a hacer un corte, Tony me dio un golpe en la boca del estomago y luego me pateó en las costillas para tirarme al suelo, cuando me estaba recuperando del golpe, Tony agarró mi katana y se acercó a mi de una forma muy lenta.

Me levanté lentamente del suelo mientras me agarraba mi costado por la patada que me había dado.

Desesperada intenté hacer algo.

- Tony... soy yo, Sam - le dije - tranquilízate, cariño, soy yo, dame la espada.

- Sa..am - dijo muy despacio Tony - yo....

Cuando dijo eso, él gritó agarrando con su mano libre la cara, como si le doliese.

- Tony, por favor, suelta la katana - le dije al hijo de la diosa de las flores - si no la sueltas no podré ayudarte.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora