Mala visión

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Punto de vista de Brooke.

Cuando llegamos al campamento Lars me mostró con más entusiasmo las instalaciones que había en el lugar, lo que más me llamó la atención fue un pequeño taller de poesía, y me sorprendí que los que escribían haikus eran mucho mejores que los de mi padre, que tampoco es muy difícil superarlos.

Después dimos un pequeño paseo por el jardín de los dioses ganándonos las miradas la mirada de algunos semidioses poniéndome un poco nerviosa.

- Si sales conmigo debes acostumbrarte a las miradas - me dijo con un pequeña sonrisa.

- ¿Por qué? - le pregunté curiosa.

- Formo parte del trió calavera - dijo él - ese grupo, como podrás imaginar, lo formamos Tony, Aru y yo,  por lo que la gente que se junta con nosotros deben soportar la mirada de la gente, por ejemplo Ivar y Maya deben aguantar la mirada de todos, y sobre todo Alex y Sam, ya que son las parejas de mis dos compañeros.

- ¿En serio? - le pregunté un tanto flipada, ¿tan asquerosos pueden llegar a ser?.

- Además de que son un poco de mente cerrada - dijo él llamando mi atención - tú y yo somos la primera pareja que no son al cien por ciento japonesa, somos una pareja mixta.

- ¿Sabes qué? - pregunté y él negó con la cabeza - que se fastidien.

Entonces le di un beso en los labios haciendo que los demás dejen de mirarnos con un sonrojo en sus caras, que vergonzosos son los asiáticos.

Seguimos con nuestro paseo hasta que llegó la hora de la cena, donde nos tuvimos que separar para que este pudiera ayudar a su señor. Tras la cena vi como Aru se iba a dar una vuelta por el lugar hasta que le perdí de vista en la oscuridad.

Después de un rato Lars me acompañó a la casa de los indeterminados donde nos quedábamos los griegos a dormir. Mi habitación era muy normal, tenía una cama de estilo europeo con una manta gruesa ya que todavía hacía frío, una alfombra normal y corriente, un escritorio con una silla y un cuadro con una escena mitológica del folclore japonés en la que se mostraba una fiesta y una chica saliendo de una cueva, si os digo la verdad no sé que es esta escena, yo pensé que los mitos griegos ya eran raros, pero lo japoneses lo son más.

Con mucho sueño me tiré en la cama y cerré los ojos dispuesta a caer en los brazos de Morfeo. Cuando caí en el mundo de la inconsciencia pude visualizar algo, una sala con un ambiente oscuro, estábamos todos en una especie de terraza con el resto de mis compañeros, solo que no estaba Aru, me asomé a la barandilla que nos permitía no caer al vacío.

Lo que vi me dejó helada, el lugar parecía una arena de combate, pero eso no es lo que me heló la sangre, Aru estaba muy herido, su ropa también estaba mancha de sangre, y enfrente de él estaba un dios que había visto hace un tiempo cuando nos juntamos la primera vez, creo que se llamaba Izanosequé, este estaba con una sonrisa muy grande, y con un movimiento de su lanza hizo que salieran un montón de estalagmitas empalando a Aru en el proceso de formación.

Debido a la vibración del suelo Aru cayó al suelo creando una de las imágenes más grotescas que había visto. Un gran número de estalagmitas atravesaron sus piernas, brazos y pecho, pero lo que me dio más asco fue una estalagmita que se clavó en la parte de atrás de su cabeza y sobresalía por su boca que ahora se mantenía completamente abierta.

No aguanté verlo así y cerré los ojos.

- No puede ser... - dijo Percy en voz baja.

- Ha muerto... - dijo Clarisse - y yo pensaba que... que él sería el único que no tendría problemas con su prueba.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora