Zorro contra serpiente

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Punto de vista de Aru.

Jo, tío, nunca pensé que volvería ha involucrarme con otra bestia de estas, ¿Qué será lo siguiente? ¿Charlar con el gallo-lagarto de cuatro colas para explicarle en que consiste acción de gracias? En estos momentos odio mi suerte.

- Oh, Yamata. - Dijo Kyubi no Yoko con una voz femenina y alegre. - Hace micho que no te veía.

- Cállate zorro del demonio. - Gritaron todas las cabezas de la serpiente a la vez. - Por tu culpa me encerraron en una maldita peineta.

- Pero pensé que eramos amigos. - Dijo con una voz que denotaba fastidio. - Pero bueno, quién me ha invocado.

En ese momento la cabeza del demonio zorro se giró hacia abajo y asintió unas cantas veces para luego mirarnos con una cara de rabia. A saber que mentira le habrá contado el rey Ashura para que luche contra nosotros.

Llegado un momento la serpiente se abalanzó contra el zorro demonio para enrollarlo para ejercer presión con todo su cuerpo para asfixiar al zorro. Este se revolcó para quitarse a la serpiente de ocho colas para que luego en cada cola del zorro salió una llama enorme de color azul para luego lanzarla no solo a la serpiente sino también a los semidioses.

- ¿Qué coño es eso? - Preguntó Percy mientras apagaba el fuego con ayuda del mar.

- Te presento al bijuu más fuerte de todos. - Le dije mientras miraba a la zorra de nueve colas. - Es la zorra demonio de nueve colas, Kyubi no Yoko.

- ¿Y qué vamos a hacer con eso? - Dijo Clarisse que estaba con la armadura manchada de sangre de monstruo.

- Imagino que va siendo hora de que uséis los brazaletes. - Les dije serio. - Recordad que solo las podéis usar como máximo dos veces. Decírselo a los demás, están perdidos por el campo de batalla.

La hija de Ares asintió para luego salir corriendo a buscar y avisar a los demás para que sepan que ya pueden usar los brazaletes y usar la fuerza que nuestros padres nos han prestado para esta pelea.

Bueno, ya va siendo hora de ponerse serio. Indiqué a Percy que me siguiera para que comencemos a avanzar hacia el enemigos.

- Percy, hasta ahora has estado luchando enserio, ¿verdad? - Le pregunté.

- Pues claro. - Dijo él mientras parecía ofendido. - ¿Acaso lo dudas? 

- ¿Cuántos enemigos has matado? - Dije a mi hermanastro llamando así su atención.

- Creo que unos diez monstruos. - Dijo pensando en ello.

- Yo he matado más de veinte. - Le dije muy serio. - Si quieres salvar el universo más vale que te pongas más serio. Se  que no es tu estilo, pero tienes que hacerlo. Si tienes que matar a un monstruo manipulando sus fluidos hazlo, si le tienes que congelar, hazlo, y si tienes que hacer que su sangre hierva, hazlo. Yo haré todo lo posible para acabar con esto.

Él asintió y yo salí corriendo para empezar a avanzar. Me encontré con muchos demonios que terminaron sin cabeza y otros con grandes cortes en el pecho para matarlos mientras que Percy avanzaba un poco más despacio que yo pero avanzaba, que es lo importante.

Punto de vista de Percy.

Bueno, ¿qué decir sobre esta situación?, estábamos todos concentrados en nuestra pelea cuando de repente unos bolas de fuego de color azul se estrellaron contra nosotros, si no llega a ser por mi ardíamos. Después de eso mi hermano me apartó y me dijo que haga cualquier cosa para poder conseguir nuestro objetivo.

Después de eso pude ver como mi hermano mataba monstruos y demonios con mucha naturalidad, cosa que me asustó un poco. Pero no me puedo quedar atrás, por lo que con mi espada Contracorriente salté a enfrentarme a los monstruos.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora