Océano e infierno

La enfermiza prueba de Apolo

Punto de vista de Brooke.

Después de que viniera Alex a avisarnos de que teníamos que irnos a dormir fui un momento a la cocina para tomar un vaso de leche caliente antes de dormir, si, acabo de cumplir diecisiete años y sigo con la costumbre de una niña de cinco años, a lo que iba, cuando me calenté la leche vi que Aru estaba sentado en el sofá de la sala de estar bebiendo algo en una taza, por alguna razón me entraron escalofríos al recordar que no duerme, me armé de valor y fui a hablar con él para comprobar que lo que dijo Lars no era mentira.

Me acerqué lo más que pude en silencio pero el me sorprendió diciendo.

- Feliz cumpleaños señorita Swan - dijo mientras tomaba un sorbo de su bebida.

- Cómo sabes que es mi cumpleaños - dije un tanto confusa ya que nunca se lo dije a nadie.

- Os oí hablar fue a Lars y a ti - dijo él todavía sin mirarme - tranquila, solo doy miedo cuando quiero.

- Lo siento - dije un poco apenada - no debí hablar de ti a tus espaldas.

- Tranquila todos lo hemos hecho alguna vez - dijo él - y el que diga que no miente, ven siéntate y hablemos si quieres.

Yo asentí y me senté junto a él para hablar y le pedí que me contara cosas que le hayan paso que hagan gracia, me contó que en su ultimo año de escuela al ser el delegado de su clase, porque, según él, los grandes cabrones hijos de su santa madre le votaron a traición para que fuera delegado siendo sub-delegado Tony, le tocó ser el que dio el discurso de su clase para los próximos alumnos que se enfrentaran al ultimo año, me contó que estaba tan nervioso al estar enfrente de tanta gente que le dio un ataque de pánico y se lo tuvieron que llevar a la enfermería de su instituto.

- Venga ¿enserio? - le pregunté mientras me reía - te enfrentas a demonios y matas malechores ¿pero te da miedo hablar en público?.

- Si señorita - me dijo con una sonrisa - puedes ponerme al mismisimo rey de los dioses delante que no me dará ningún tipo de miedo pero dame una multitud y no podré hacer nada.

Tras reírnos un rato pude ver que Aru no da miedo en absoluto y cuando me terminé el vaso de leche me fui a dormir ya que me dijo que saldríamos una hora antes del amanecer.

Cuando me metí en la cama caí dormida al instante y me vi sumergida en un sueño donde estaba montada en un coche deportivo de color rojo biplaza al lado de un hombre rubio que conocí al instante.

- Papá - dije mientras me asomé por la ventana y vi que estaba sobrevolando Florida.

- Hola cielo - dijo él - ¿sabes por qué estas aquí no? - me preguntó y yo negué con la cabeza - bueno estás aquí para que yo te advierta de mi prueba, como has supuesto ya tendrás que enfrentarte a Pitón y como comodín tendrás a uno de mis mejores bendecidos.

- Que bien - dije con sarcasmo - ¿me podrías decir por lo menos el nombre?.

- ¿Quieres quitarle toda la sorpresa? - el se giró para verme la cara y ver que no sonreía tanto como él - lo único que te puedo decir es que se llama como una ciudad.

- Que gran ayuda - le dije - ¿cómo puedo derrotar a esa serpiente?.

- Eso ya te lo explicaré en su momento - dijo papá serio - solo quería decirte que feliz cumpleaños, te voy a dar un regalo - tras decir eso levantó el dedo indice y anular mientras brillaban en color dorado para luego posarlos sobre mi frente - te he dado un nuevo poder, no lo ha tenido nadie de mis hijo y lo despertaras cuando llegue el momento.

No sé si enfadarme porque no me ha dicho que poder es o alegrarme de que me haya dado un poder que no haya tenido nadie de mis hermanos, en cualquier caso soy única en mi especie ahora mismo, pero bueno, el tiempo en mi sueño pasó extremadamente más rápido de lo normal ya que para mi habían pasado por lo menos diez minutos y en el mundo real ya e estaban despertando para irnos a mi maldita prueba, ahhh, odio que me despierten cuando estoy dormida, la parte positiva de que hayan despertado es que fue Lars ya que el me despertó de una forma muy suave, si llega a ser Leo de seguro me pondría death metal a todo volumen para que saltara.