La colección completa

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Punto de vista de Aru.

Estaba delante de la salida del laberinto en el que suelo jugar. Hace tan solo unos segundos, el dios de la vida estaba delante de mi, por una vez por todas le hice pagar por todo lo que me ha hecho a mi, luego le tendré que pedir perdón a Natalia por matar a su padre.

Estuve unos segundos en silencio en el mismo lugar hasta que escuché la voz de mi madre, pero se escuchaba como si fuera amplificada con unos megáfonos. - Bien hecho Aru-chan - dijo mi madre con calma - ahora, por favor, abandona el laberinto, nos veremos en el palacio cuando vuelvas.

Yo solo asentí y emprendí el viaje de vuelta por el maravilloso laberinto que mamá hizo para mi. Tras un buen rato caminando llegué a la entrada de la zona en la que empezó la prueba. Tras otros pocos minutos llegué a la salida de la zona de practicas y me encaminé hacia el palacio de mi madre donde me esperaban mis compañeros para seguir con nuestra travesía, ya falta podo para que todo esto acabe.

Cuando entré me vi abrumado por las dos akumas que había creado en mi prueba. Las dos akumas estaban vistiendo un traje de maid al estilo japonés.

- Goshujin-sama - dijeron las dos al alcanzarme con una mirada neutra

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- Goshujin-sama - dijeron las dos al alcanzarme con una mirada neutra.

- Vale, voy a decir dos cosas. - Dije mientras levantaba dos dedos en mi mano derecha. - Primero, porqué están ellas aquí, y segundo, porque están vestidas así.

- Bueno, he decidido que ellas sean tus sirvientas personales, como lo es Frederick. - Dijo mi madre. - Y a lo segundo, ¿No son adorable así vestidas?.

- He de admitir que les quedan esos vestidos - dijo Leo mirando a las dos akumas. - Por cierto, ¿cómo se llaman señoritas?.

Ellas solo lo ignoraron haciendo que Leo haciendo que este se deprimiera por ser ignorado por dos chicas haciendo reír a la hija de Ares.

- Es normal que no te hagan caso - dijo mi madre - ya que solo harán caso a su amo.

- ¿Cómo amo? - dije confundido.

- Las creaste tú - dijo mamá con una sonrisa - por lo que no tienen nombre, se los tienes que dar.

Yo las miré un tanto confundidos a las dos akumas, las cuales me miraban. Sus ojos brillaban, como si quisieran que les diera un nombre. Tras un rato pensando pensé en dos nombres, ya que no quiero nombrarlas como Aka y Ao (rojo y azul respectivamente).

- De acuerdo - dije mientras me acercaba a la chica de pelo azul y blanco y junté mi frente con la suya - tú te llamas Rin (NA: Rin, con los kajis 森林, significa bosque, por lo que se llamará bosque en japonés). - Dije mientras escribía su nombre que luego colocó en la parte derecha como si fuera una placa de identificación.

- De acuerdo goshujin-sama - dijo la nombrada Rin.

- Bien ahora tú - dije mientras me acercaba a la chica de pelo rojo y blanco y junté mi frente con la suya - Tú te llamaras Ran (NA; ran con el kanji 蘭, significa orquídea). - Lo escribí igual y lo colocó en la parte izquierda de su ropa.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora