Ultimo día juntos

96 9 0
                                    

Punto de vista de Percy.

La batalla por el universo había acabado,el rey de los demonios había caído junto al dios primordial Abismo. El universo se había salvado y yo podré vivir tranquilo por una vez en mi vida, jugaré con Jackie, le pediré matrimonio a Annabeth y le pediré a Paul consejos sobre la vida y lo más importante, podré seguir comiendo las fantásticas galletas azules de mi madre.

En cuanto la madre de mi hermano se lo llevó junto con Alex nosotros nos fuimos al campamento Sengoku, el campamento japonés, para poder hacer turismo por ese país. Nosotros nos quedamos en un hotel cerca del campamento, pero ese mismo día por la tarde nos reunimos con Luke y Zöe en el bar del hotel para charlar.

- Ha sido una batalla muy dura. - Dijo el semidiós mientras tomaba una jarra de cerveza - No está al mismo nivel que el nectar, pero está bastante buena.

- Me alegra que te guste la cerveza. - Dije con una sonrisa junto a mi novia. - ¿A ti te gusta tu bebida Zöe?

- Si. - Dijo ella al tomar un sorbo de su martini. - Es una suerte que no me afecte el alcohol.

- Bien. - Dijo Annabeth. - Pero no creo que os hayáis tomado las molestias de venir a tomar algo y ya.

- Tan lista como siempre. - Dijo Luke cuando se terminó la jarra. - No nos queda mucho tiempo en este mundo. Yo por ejemplo me voy esta noche.

- Y yo mañana por la mañana. - Dijo Zöe con un toque de tristeza en su tono de voz. - Me hubiera gustado pasar más tiempo con mi primer amigo masculino, pero es imposible.

- Al menos siempre te podré mirar si miro al cielo nocturno. - Dije con una pequeña sonrisa en mi cara. - e gustaría pasar mas tiempo juntos pero el tiempo se acabó.

- Si. - Dijo Luke con una sonrisa triste. - Percy. ¿Tú y yo somos amigos? - Él me preguntó y yo asentí lentamente ya que consideraba a Luke un amigo por lo que hizo al final de la guerra hace unos años. - Decidido pues. Cuando tengáis un hijo le pondréis Luke como nombre.

- Un momento. - Dijo Zöe. - Yo también quiero el nombre de un hijo. - Dijo ella un poco ofendida por lo que dijo el hijo de Hermes.

Esas palabras nos dejaron sorprendidos a Annabeth y a mi, y no sé si puedo hablar por mi novia, pero yo tenía la cara más roja que el hierro en la forja de Hefesto. Para intentar calmarme un poco bebí un poco de mi refresco mientras que Annabeth miraba por la ventana sin que le viese el rostro.

Esa reunión duró hasta bien entrada la tarde y terminó con la despedida de Luke y Zöe, mientras que nosotros fuimos a dar una vuelta por las oscuras calles de Japón. Fuimos a parques y a algunos templos que dejaban las puertas abiertas hasta la media noche para que al final fuimos a un centro de juegos Sega, como la consola que había hace tanto tiempo. En ese lugar jugamos con una maquina muy rara que funcionaba por una especie de bolas de metal pequeñas que hacían la función de monedas y después de perder el tiempo salimos para ser llamados por un trabajador del lugar para darnos una figura de algo, creo que es de un personaje de una serie, y una camiseta para Annabeth.

Fueron pasando los días, nos despedimos de una forma muy lacrimógena de todos nuestros amigos. También pasamos un poco el tiempo con mi familia, en especial con Jackie que estaba un poco triste por no poder ver a mi hermano por un tiempo. Fuimos al viejo instituto y preparatoria en la que estudió mi hermano, allí nos recibió un profesor que le había dado clase en todos los años de estudio y nos llevó a una especie de estantería de la fama donde estaba mi hermano con sus dos amigos Tony y Lars con una sonrisa enorme y un diploma enrollado en sus manos. También fuimos a ver la casa de Aru.

En el campamento japonés se podía respirar un aire de paz y tranquilidad. Algunos semidioses estaban muy tranquilos mientras que otros estaban un poco intranquilos, sobra decir que los que estaban como una rosa eran los hijos de los dioses de la guerra. Los hijos de Raijin y Susanoo estaban un poco tristes ya que esos semidioses tenían un buen trato con Aru, al parecer estuvieron con él desde que empezó.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora