Se presenta al zorro

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Punto de vista de Percy.

La batalla seguía su curso sin ningún inconveniente. Por mi derecha podía ver a mis compañeros de armas luchando codo con codo para derrotar a todo lo que se le ponía por delante, mientras que por mi izquierda podía ver como mis antiguos compañeros, como Beckendorf aplastaba a un perro infernal de más de dos metros de altura como si fuera una figura de cerámica.

 Yo decidí seguir con el camino que había tomado mi querido hermano, el cual se había ido  directo a donde se estaban enfrentando esa serpiente pariente lejana de la hidra y el zorro mutante con más de una cola, estoy empezando a pensar que mi hermano está loco.

Corrí por el mismo camino que él, solo que los monstruos que él había matado ya habían sido repuestos por otros, por lo que decidí dejar mi cerebro en piloto automático. Barrido con la espada, estocada al pecho, bloqueo, tajo al cuello y repetir. seguí con esa rutina de golpes cuando me veía rodeado por los enemigos, es una estrategia muy buena que mi novia no consigue aprobar, no entiendo porqué.

Los enemigos no paraban de llegar, por lo que me sentí muy tetado a usar la gema, pero no podía ya que la tenía que reservar para el dios primordial. Pero cuando me vi rodeado usé la nieve que tenía a mi alrededor, la convertí en agua, más precisamente en un torbellino que giraba a mi alrededor dándome fuerzas y alejando de mi a los monstruos.

Salté encima de lo que parecía un centauro con más de seis patas y cuernos en su cabeza y costados para cortarle el lomo causando así un rugido de dolor por parte de este centauro monstruoso, después usé el agua que me rodeaba para formar un látigo  y abatir a otras dos arpía que se acercaban volando cortando unas cuantas de sus alas en el proceso.

Lo que parecía un cíclope se lanzó hacia mi con una porra de metal en las manos (estoy empezando a creer que las porras son las armas sagradas para los cíclopes). Con una elegante voltereta hacia atrás pude lograr esquivar el golpe, pero el coche que la porra con el suelo causó un terremoto muy parecidos a los de San Francisco. Cuando pude recuperar el equilibrio encaré al cíclope.

Este me miró con una mirada amenazantes (eso o se le había metido algo en el ojo, no lo tenía muy claro la verdad) para luego volver a alzar la porra con un grito gutural para arremeter contra mi.  Yo solamente me dedicaba a esquivar y a observar se había un patrón en sus movimientos, según había observado, cuando levanta su porra la deja caer con toda su fuerza contra el suelo, luego la levanta hasta la altura de su cintura para hacer un barrido, luego clava la punta de su porra en el suelo dejándola clavada unos segundos, después golpeaba con la porra unas cinco veces y repetía a partir de ahí, es un patrón de ataque muy simple, pero es rápido y no necesita recuperar energías para seguir atacando.

Miraba una y otra vez lo que hacía, no variaba su patrón de ataque, por lo que ya podría hacer lo que quisiera con él sin salir herido.

Corrí hacia él justo después de que terminara  el barrido que hacía con la porra para colocarme entre sus piernas para deslizarme y cortar sus tobillos. El cíclope rugió de dolor para luego caer de rodillas al suelo.

Él me miró con evidente rabia en su único ojo. Si os digo la verdad,me sentí un poco mal, él también era hijo de Poseidón, por lo que era mi hermano, como Tyson. Pero cuando él se levantó  no venía hacia a mí con los brazos abiertos para darme una abrazo como mi hermano cíclope, sino que vino con los brazos abiertos para aplastarme.

Rodé en el suelo esquivando su abrazo mortal y le hice un tajo en la espalda, cosa que hizo que cayese al suelo donde yo salté encima de él  y lo maté reduciendo su cuerpo a polvo dorado.

Cuando me quedé libre de enemigos seguí el camino que siguió mi hermanastro para luego encontrármelo con los brazos cruzados mientras observaba el panorama de la pelea entre las dos bestias enormes.

Océano e infiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora