CAPÍTULO 3
Muevo la cabeza de un lado a otro tratando de entender la escena frente a mis ojos. Ella para mí es extraña, es algo que no veo jamás dentro de las paredes de mi casa, risas, bromas, abrazos.
—Eso es demasiado amor, no crees principito —estoy tan concentrado observando que ni siquiera el apodo que Mark insiste en mencionar me distrae. Solo asiento a su comentario.
Es que el comportamiento de los Waldeck aunque no es la primera vez que los veo siempre me intriga. Entre Jack y Eleanor no hay gritos, no hay sarcasmo, cuando preguntas cómo fue el día del otro hay verdadero interés en la respuesta que dará y con sus hijos... realmente George y Dianne eran afortunados. Los padres de su mejor amiga incluso habían aceptado que George fuese abiertamente bisexual. Por eso ahora que los cuatro juegan bole Ball en la piscina tanto Mark como yo solo observamos desde las tumbonas donde estamos sentados.
—Es tan extraño, cada vez que los veo es más extraño —Mark vuelve a comentar.
Su familia es parecida a la mía. Un matrimonio de apariencias donde solo importa el qué dirá el resto del mundo donde sus hijos deben ser un ejemplo de rectitud cuando dentro de las paredes de la casa a nadie le importa que ocurre con tu vida. Por lo que sé de Mark su hermana menor está internada en un prestigioso internado en no sé qué ciudad de Europa y para él ya está decidido que una vez terminados sus estudios debe comenzar a trabajar en la empresa de sus padres para un día hacerse cargo de todo.
—La última vez que mi familia estuvo junta fue para la fiesta de año nuevo de la empresa de Ronald —menciono.
—Estuve ahí, mis padres discutieron en el auto y papá dejó a mamá tirada en plena avenida a las tres de la mañana. ¡Por Dios, tanto amor me da alergia! —me rio porque raca un costado de su cuello mientras vemos como Eleanor y Jack se besan a la vez que George y Dianne les lanzan agua riendo.
—¡Hey chicos! —Jack nos llama— ¡Vengan acá! —después de dudarlo un poco se movieron y entraron en la piscina a jugar un partido en equipos de tres.
Después de una buena tarde donde debo confesar que lo pasé bien vuelvo a la casa donde encuentro a las chicas que trabajan aquí montando el comedor para la cena. Voy a la cocina y me encuentro a Inés —el ama de llaves y nana de mi padre— con Sarah ataviadas con la cena.
—Buenas tardes —saludo— ¿a qué se debe tanto ajetreo?
—Mi niño, el señor Jonás pidió que cenaran juntos esta noche —Inés es quien me contesta y también quien se percata de la mueca de desagrado.
Voy a mi habitación para tomar una ducha y luego me siento en mi escritorio a dibujar mientras escucho música. Cuando Laura me avisa que la cena ya está lista con pesadumbre me levanto para bajar al comedor. No me gusta cuando el abuelo solicita cenar juntos en el comedor principal, siempre cuando hace eso es porque algo va a anunciar, algo que a mi no me agradará. Cuando aparezco los demás y están ahí, como siempre el abuelo está en la cabecera de mesa, Ronald a su derecha y Janinne a la izquierda. Arrastrando los pies camino hasta sentarme al lado de mamá.
—Pueden comenzar a servir —el abuelo da su permiso y las chicas se mueven. Aunque está delicioso como siempre —Sarah es una increíble cocinera— no logro comer a gusto porque el ambiente es demasiado pesado, hay solo silencio y el único ruido es el choque de los cubiertos.
—Papá —Ronald rompe el silencio—. Te ves tenso ¿Qué sucede?
—Tengo que decirles algo. Pero después de cenar.
—Es mejor que lo digas ahora, después tengo que salir.
—¿Una cita con alguna de tus zorras? —mamá pregunta sin dejar de comer.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...