CAPÍTULO 13

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Capítulo 13

Eliot.

—Nunca me habían corrido de una tienda —susurro en cuanto echo a andar el motor, Nathan que va a mi lado me mira de reojo y explota en carcajadas. Me gusta su risa, es algo que pocas veces he escuchado de esa forma tan limpia y sincera; solo recuerdo haberla escuchado el día que me prestó de su ropa mientras se burlaba de mí y esa tarde en mi casa cuando bailaba con Dave y mi madre.

—Tú... tienes... la culpa —dice entre risas, frunzo el ceño, pero mi niño bonito se acerca y deja un beso en mi mejilla lo que logra sacarme una sonrisa. La misma vendedora que había ofrecido su ayuda tocó y abrió la puerta del probador, nos vio a ambos abrazados con poca ropa y se puso a gritar como loca diciéndonos pervertidos nos vestimos rápidamente y en el apuro termine poniéndome la ropa que Nathan me había dado para que me probara, bajo la atenta mirada acusatoria de las vendedoras que antes me comían con los ojos pagué —me rehusé a que él lo hiciera—, la dueña de la tienda nos pidió que nos fueranos y que no volviésemos a su tienda si íbamos a hacer lo mismo.

Creo que lo que pasó en ese probador es una de las cosas que jamás voy a olvidar, por un momento estuve a punto de perder el control, solo quería comerme al niño mimado. Por un lado, estaba molesto que utilizó a su abuelo para salirse con la suya y comprar ropa para mí, aunque usara la excusa de que no quiere que use traje. Y por el otro, la manera en la que me miraba hizo que todo mi cuerpo se excitara y no me pude contener, además dijo que quería estar conmigo.

Tiene razón cuando dice que su familia se opondrá y nos hará la vida imposible por mi lado me preocupa que Arthur tome esto como una traición, mi antiguo instructor siempre me ha apoyado sobre todo en mi vida militar gracias a él obtuve muchas de las cosas que conseguí como soldado, pero, por lo que siento por Nathan vale la pena enfrentarme al mundo entero y eso es precisamente lo que haré.

Nos movemos por la ciudad en la nueva camioneta que el señor Binder adquirió para su nieto, esta es aún más segura que la anterior los cristales no solo son blindados si no que tienen una aleación de diamante para hacerlos aún más fuertes y resistentes al calibre de cualquier arma civil y agradezco eso, el asunto de ese hombre me tiene preocupado no han podido dar de ellos, aunque no han hecho ningún otro movimiento en contra de Nathan ni de nadie de la familia sé que no podemos bajar la guardia no creo que de queden tranquilos solamente están dejando que pase un poco de tiempo y las cosas se calmen, la prensa aún está atenta a la familia Binder y la Policía sigue investigando hasta el FBI se ha puesto en alerta ya que el señor Binder por ser el presidente de la corte es parte importante del gobierno.

—Tengo hambre —Nathan suelta un sonoro suspiro y me saca de mis pensamientos.

—¿Qué quieres comer niño bonito? —desvío la mirada hacia el chico que me mira de arriba a abajo y sonríe pícaro. Alzo una ceja ante su insinuante mirada en respuesta a mi pregunta— No me provoques Nathan.


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Nathan suelta pequeños suspiros justo en mi cuello, sonrío y lo atraigo más a mi cuerpo para que no caiga del sofá. Después de salir del centro comercial nos vinimos a su departamento el niño se quejaba de que no había podido venir los días que yo no estaba, se niega a que alguien más sepa de este lugar y me agrada que haya confiado en mí. Después de limpiar el lugar y el refrigerador ya que varias de las cosas se echaron a perder pedimos algo para comer, me tumbé en el sofá y me quedé dormido, cuando desperté Nathan estaba profundamente dormido pegado a mí. Acaricio sus mejillas y paso mi dedo por las ojeras que surcan bajo sus ojos, Nathan no duerme bien de eso me he dado cuenta hace tiempo esas ojeras ya son parte de su rostro y todo se debe al mal ambiente que hay en su casa, como me gustaría poder sacarlo de ahí y hacerlo feliz las veinticuatro horas del día.

Better Than Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora