Better Than Me.

CAPITULO 5

Capítulo 5

Eliot

Me quedo quieto en el pasillo cuando veo a Nathan salir de la sala, pensé que me iba a gritar por estar escuchando —aunque nunca fue mi intención—, pero ni siquiera se da cuenta que estoy aquí.

Este chico me ignoró desde que salimos del centro comercial, cuando llegamos sólo se bajó de la camioneta y entró a la casa. Vine a hablar con él, porque de verdad quería disculparme. En mi defensa no me di cuenta cuando reaccioné y ataqué al chico fue un instinto de protección cuando apareció de la nada intentando abrazar a Nathan. Pero también reconozco que me porté como un idiota al no disculparme. Solo puedo decir que me molestó la actitud de Nathan ¿por qué diablos se preocupa tanto? Ese chico George es con el que vi a Nathan bailar la noche que lo conocí en el bar. ¿Será que le gusta?

—¿Qué pasa con él? —escucho la voz de su padre hablar con pesar.

—Es lo que te has ganado Ronald, no sé lo que pasó la última vez que Nathan llegó ebrio, pero por fin te diste cuenta que tu hijo te necesita...

—Solo dijo algo que debería haber sabido hace tiempo.

—Pues ahora necesitarás tener paciencia para hacer ese chico confíe en ti... y espero que Janine también se dé cuenta pronto que ese niño solo quiere el amor de sus padres.

Doy un paso hacia atrás porque no es correcto que siga escuchando, camino de vuelta a la casa donde tengo que quedarme desde ahora, mientras salgo por la puerta trasera de esta apestosamente lujosa casa me encuentro con Elein quien viene entrando.

—Eliot, el chico iba camino a la casa tal vez a buscarte.

—Gracias, Elein.

Acelero el paso para ir en la búsqueda de Nathan cuando lo veo parado a medio camino, parece estar pensando en algo y luego se desvía hasta la piscina donde lo sigo de lejos. Se sienta en una de las tumbonas y comienza a desvestirse, me quedo ahí mirándolo —algo psicópata de mi parte— se sienta en la orilla de la piscina metiendo sus pies en el agua y se queda ahí quieto solo balanceándolos.

La verdad es que cuando acepté este trabajo jamás pensé que me encontraría con el chico del bar y mucho menos que sería él a quien tendría que proteger. Y la verdad no sé qué pensar de él.

Esta tarde cuando lo vi entrar en la sala me sorprendí al reconocer al lindo chico que había visto en el bar al que había ido con Dave hace unas semanas. La imagen de él tallando sus ojos y bostezando vestido con ese pijama con orejas de conejo me pareció la cosa más tierna del mundo. Cuando sus padres lo reprendieron por su vestimenta y él los ignoró de manera estoica no me pareció más que un niño mimado que está acostumbrado a hacer lo que quiere, pero tal vez lo estoy juzgando mal.

Esa reunión de presentación —la que pensé iba a ser de lo más incómoda— fue de lo más divertida ya que el lindo chico no apartó sus hermosos ojos verdes de mí, no pude evitar la carcajada que se me escapó cuando igual que un niño curioso me preguntó cuánto mido, se vio de lo más inocente.

Me acerco más a la piscina y veo como poco a poco va quitando su camisa y me deja ver su cuerpo, es pequeño, pero más trabajado de lo que pensé, aunque no tiene músculos está bien definido, su piel es blanca y tiene un lunar en su espalda baja en medio de la línea de su columna.

Por la tarde mientras estaba haciendo la rutina de ejercicios que me mandaron para así fortalecer los músculos de mi hombro entró en mi habitación sin tocar, no me giré de inmediato, pero podía sentir la mirada de alguien en mi espalda, tuve que contener la respiración al ver como sus ojos recorrían con descaro mi pecho desnudo una vez me giré a ver de quién se trataba y bajaba la mirada por mi abdomen llegando a lugares peligrosos que comenzaban a reaccionar, lo que en cierta manera me asustó, nunca había reaccionado ante la mirada de un hombre. Cuando lo tuve entre mis brazos para evitar que cayera, me pareció adorable ver sus mejillas rojas y su cuerpo temblando de nervios. cuando levantó la vista hacia mí me fijé en su rostro, en sus hermosos ojos verdes, en su nariz respingada, sus labios delgados y rosados, tiene una pequeña cicatriz en el lado derecho de su labio superior.