CAPÍTULO 19
Eliot me mira como buscando alguna duda en mi rostro, si digo que no estoy nervioso estaría mintiendo, estoy nervioso y asustado al mismo tiempo. Asustado de mis propias emociones y sentimientos y de la necesidad en mi de estar a solas con él, lo he dicho antes, he hecho cosas con otros chicos antes pero no he llegado hasta el final, ni siquiera con mi primer novio, si me preguntan si tengo una razón para eso la verdad es que no, simplemente no se dio, pero con el grandullón lo quiero todo.
Finalmente parece convencido que hablo enserio y suspira como tratando de controlarse, toma mi mano y después de pagar nuestra cuenta tratamos de avanzar por el mar de personas en un estado de brujería por el ambiente, la música y el alcohol. Me pregunto si pondrán feromonas en el aire acondicionado.
Recorremos las calles de Miami en el auto que el abuelo mandó a preparar, en el más absoluto silencio. Aunque yo no puedo dejar de mirar a Eliot mientras conduce él no me ha dado ni una sola desde que salimos del lugar, parece estar sumergido en sus propios pensamientos, pero no aparenta tener dudas sino más bien parece ansioso. Entramos en el estacionamiento subterráneo del edificio y salgo del auto, apenas cierro la puerta me veo apresado entre la puerta y el gran cuerpo de mi guardaespaldas, Eliot me besa de improviso y me sorprende, pero solo un segundo después ya estoy respondiendo su beso con la misma intensidad. Siento que las piernas me fallan así que engancho mis brazos a su cuello para poder sostenerme, sus manos recorren mi espalda hasta mi trasero lo que me hace jadear al sentirlo contra mi vientre. Eliot se inclina un poco, toma mis muslos y me carga, rodeo sus caderas con mis piernas son romper el contacto de nuestros labios, comienza a caminar y solo cuando escucho el sonido del ascensor me despego para ingresar el código para que suba directo al departamento. Siento el corazón bombear a mil pulsaciones por minuto y mis pulmones trabajar a toda marcha, centro mi mirada en los ojos negros que me observan fascinados.
—Nathan... —susurra paseando su mano por mi espalda.
—Sé lo que estás pensando, Eliot, yo... quiero esto, te quiero a ti —contesto antes de que siga hablando, cuando sus ojos vuelven a encenderse lo beso lento y suave, cierra sus brazos en mi cintura dejando me sentir aún más de él, mis caderas comienzan a moverse sin mi permiso y el gruñido que se escapa de sus labios llena mis oídos por completo y se cuela en mi cabeza dejando mi mente en blanco.
El sonido del ascensor que se abre de escucha y una luz reflejada en la pared me hace abrir los ojos, a través del espejo veo que la luz de la entrada del departamento está encendida cosa que debería ser lo contrario. Se supone que no hay nadie. Me separo de Eliot y me reniego en sus brazos hasta que me baja, puedo sentir su mirada en mi pero la mía solo está fija en la entrada.
—Hay alguien —susurro y miro asustado a mi guardaespaldas, Eliot toma mi brazo y me jala hasta dejarme tras su cuerpo.
—No salgas de aquí —advierte y el solo puedo asentir.
Saca su arma de entre su chaqueta y le quita el seguro antes de salir del ascensor, el miedo comienza a crecer dentro de mí a cada segundo que pasa y solo aumenta cuando se va por el pasillo, dobla hacia la sala y lo pierdo de vista. No es posible que alguien desconocido haya entrado, este edificio es de los más seguros de todo Miami, tiene alta tecnología en seguridad además de guardia por todos lados, solo los residentes y empleados pueden atravesar las medidas de seguridad. Recuerdo todo lo que Janine dijo sobre las ventajas de comprar este lugar para tratar de calmarme y no pensar en que algo malo nos pueda suceder. ¿Y si es Marta? No, ¿qué haría ella aquí a las dos de la madrugada? Trato de escuchar que está pasando ahí dentro pero solo escucho murmullos.
—¡Todo bien, puedes entrar! —suelto todo el aire que estaba conteniendo sin darme cuenta cuando Eliot habla, salgo del ascensor hacia la sala y veo a mi guardaespaldas que pone su arma en su cintura, me mira tranquilizándome con sus ojos, pero necesito sentirme seguro en sus brazos, me acerco con la intención de pegarme a su pecho, pero alguien se interpone y me abraza antes de llegar a él.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...