Especial 4
Janine.
Estoy paralizada.
Veo como Roland se aleja de mí y camina por el pasillo hacia lo que supongo es la habitación de este lugar.
Realmente no quiero estar aquí, sé que este es su departamento de soltero, donde trae a todas esas mujeres que obtienen de él lo que yo quiero. Cuando vi que nos dirigíamos acá pensé en muchos escenarios, todos ellos incluían la más épica discusión, pero jamás pensé recibir de él esa declaración.
Siempre creí que todo se había ido a la basura por su culpa, que era él quien no quería estar conmigo, pero al parecer..., fue al revés; fui yo.
Cuando Conocí a Roland estaba herida, mis padres habían alejado de mí al que creí era el amor de mi vida solo por no ser lo que ellos querían, lo que ellos necesitaban para la empresa, por eso desde el principio descargué toda mi cobardía en mi futuro esposo, Ronald era todo lo que no quería, un mimado y egocéntrico chico rico que se creía superior al resto. Rogué, supliqué para que no obligarán casarme con él, pero nada funcionó. Bruce me había abandonado jurando que sería el hombre que mis padres deseaban para mí, pero para ellos con o sin dinero, Bruce siempre sería un simple chófer.
Los primeros meses de matrimonio fueron un completo infierno de peleas, discusiones, ganas de fastidiar al otro para que se cansara y terminara todo, ambos éramos demasiado cobardes para hacerlo por nosotros mismos.
Aunque nunca quise reconocerlo él me gustaba, no sé si era por lealtad a mi primer amor o simplemente por no darle la razón a mis padres, pero reconocer que me estaba enamorado de mi esposo no era algo que quisiera para mí. La primera vez que hicimos el amor, aunque estábamos ebrios como una cuba, sé perfectamente que fui yo quien lo inició robando el primer beso, luego de eso estaba avergonzada de que él recordara que fui yo quien lo sedujo; así de cobarde era.
Durante mi embarazo estaba aterrada, al principio no quería traer al mundo un bebé que no sería cuidado con amor, pero entonces lo escuchamos, escuchamos su pequeño corazón latir con fuerza y me prometí que, aunque fuera de mi parte, el ser en mi vientre recibiría todo el amor, pero me equivoqué, no estaba sola en eso, Ronald estaba igual o más dispuesto a darle amor, lo supe cuando le hablaba a mi vientre pensando que yo dormía, pero muchas veces oí lo que le decía a nuestro hijo.
Cuando Nathan nació y Ronald me pidió salir me reí de su petición ¡ya estábamos casados! Pero cuando entendí lo que quería decir con eso me emocioné, él quería intentarlo, que fuéramos una pareja de verdad, entonces acepté. Todo fue hermoso, veíamos a nuestro hijo crecer y nosotros cada vez estábamos mejor, todo hasta ese día, el día en que Nathan cumplió cinco años.
Estaba segura de nosotros, desde hace tiempo sabía que lo amaba, pero no me atrevía a decirlo primero, tenía miedo de que no correspondiera mis sentimientos. Pero ese día Nathan, después de una mañana de jugar a la escondida en la mansión, me preguntó por qué yo no amaba a su papá, me tomó por sorpresa y cuando pregunté por qué decía eso su respuesta fue que Dianne había dicho que Eleanor siempre le decía a Jack que lo amaba y él nunca me había oído decirle lo mismo a Ronald, que los papás debían amarse, fue entonces que me pregunté qué diablos estaba haciendo, ¿por qué si mi vida con Ronald estaba perfecta, éramos felices, estábamos juntos, no le había dicho lo que mi corazón sabía? Me desespere por decirle, él tenía que saberlo; cuando estaba saliendo a su oficina, mi asistente me llamó diciendo que había una emergencia en mi tienda, era el sueño de mi vida ese que a pesar que mis padres creían era la locura más grande, me decidí a hacer realidad, no podía dejar que nada la fuese a empañar por lo que fui hasta allá.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...