Capítulo 24
Siento que estoy a punto del ataque cardíaco, mi corazón late más rápido que nunca antes y el sudor frío recorre todo mi cuerpo. Me siento un pequeño ciervo en las garras de un gran león. Los ojos grises de este hombre no se apartan de los míos y el miedo me tiene tan paralizado que no puedo apartar mi mirada de ellos.
Escucho los gritos de los demás estudiantes en el pasillo y las escaleras que son apuntados con armas por otros hombres que no había visto por ir en mi loca y absurda carrera.
—¿Qué pasa pequeño?, acaso... ¿me tienes miedo? —su sonrisa arrogante se ensancha y sus ojos se hacen aún más pequeños, me remuevo en sus brazos y logró que me suelte, rápidamente me alejo de él lo más que puedo.
Lo observo de arriba a abajo como para asegurarme a quién es quién tengo en frente. Está vestido de una forma completamente diferente a la primera vez que lo vi, nada de traje, en realidad parece un estudiante más. Va con jeans oscuro adornado por varias cadenas en su cadera, zapatillas negras al igual que su camisa todo destacado con una chaqueta verde, sus manos van enguantadas igual que la última vez, pero ahora los guantes de cuero no cubren sus dedos, su cabello va despeinado con una ligera caída hacia el lado que cubre su ojo derecho, se ve mucho más joven, si no estuviera tan aterrado de su presencia podría detenerme a admirar lo guapo que es.
—La... Policía te está buscando —balbuceo lleno de temor, ¿dónde demonios está Steven?
—Reconozco que tu familia tiene tanto poder como nosotros y por eso esto no ha sido tan fácil como otras veces, pero... jamás seré atrapado por la policía —se acerca a paso pausado y retrocedo hasta el borde de la escalera.
—Aléjate, mi guardaespaldas está por aquí.
—El teniente está muy ocupado y el chico que hoy te acompaña no vendrá, te lo aseguro... además... no voy a lastimarte, nunca he querido hacerlo.
—¡Trataste de matarme! ¡Y también a mi papá! —grito descontrolado. Por su culpa pasé el peor día de mi vida y ahora papá está en la clínica ¿con qué cara dice que no ha querido lastimarme?
—Nunca niego lo que hago, no quería, no quiero lastimarte, ¿el teniente no te lo dijo? quiero que vayas conmigo. Y como respecto a tu padre, de eso soy cien por ciento inocente, eso no fue cosa mía, pero si de uno de mis socios al que tu papá le quitó algo muy preciado —lo miro desconcertado por lo último que dijo, pero su dedo que se pasea por mi mejilla hace que no tenga tiempo ni cabeza para pensar en lo que dijo; cierro los ojos por que el miedo recorre mi cuerpo de arriba a abajo.
—No... no me toques —digo todo lo valiente que no soy.
—Pues... con eso tendremos problemas, lo que más deseo es tocarte —retrocedo un paso más y mi cuerpo se balancea hacia atrás, cierro los ojos porque lo más probable es que termine rodando por las escaleras, antes que eso ocurra su brazo se enrolla en mi cintura y me pega a su pecho, su olor a cigarrillo se mete en mis fosas nasales y mi estómago se revuelve. No sé si es porque siempre he odiado ese olor, o por su cercanía; tal vez por ambas.
—Suéltame imbécil —me retuerzo para lograr zafarme.
—Jacob, Jacob Nakamura, ese es mi nombre.
—¿Vas a matarme?
—Ya te dije que no quiero matarte. Lo que quiero es algo mucho más interesante, después ya veremos —se acerca a mi rostro y con su mano libre jala de mi cabello para mantener mi cabeza firme, me quejo al sentir el dolor y él sonríe. Acerca su boca a la mía, desvío mi cara sin importar que mi cabello proteste cuando saca la lengua para pasarla por mi mejilla, con fuerza lo empujo y me suelta; salgo corriendo escaleras abajo y me interno en el primer pasillo que encuentro, puedo sentir los gritos de ese hombre llamándome pero sin mirar atrás avanzó con paso desesperado; mi cuerpo salta de terror cuando una bala choca contra la pared a solo centímetros de mi cabeza lo que desata el griterío de las chicas que aún son amenazadas en el piso de arriba; afortunadamente ya es tarde y varias clases ya han terminado o las personas aquí serian muchas más.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...