CAPÍTULO 36

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Capítulo 36

Pongo mi mano frente a mi boca mientras un gran bostezo silencioso se forma, el chico sentado a mi lado al que siempre le pido fotografiar sus apuntes me mira divertido mientras que la chica dos lugares más lejos me mira con el ceño fruncido, tonta, ni siquiera agradece que tapé mi boca.

Dejo mi mano bajo mi barbilla para sostener mi cabeza que amenaza con darse un gran golpe contra la mesa. Trato de escuchar lo que el profesor de cálculo explica, pero su voz se pierde por el zumbido en mis oídos, es algo que siempre me pasa cuando tengo sueño, eso y que me pican las orejas. Tengo examen en dos días y no sé de qué rayos habla este hombre, no tengo grandes problemas con la clase de cálculo ya que a pesar que no heredé el amor de mi padre por las matemáticas, si lo hice con su facilidad de entenderlas, voy a tener que estudiar para el bendito examen.

Estos días las cosas han estado algo tensas –más de lo normal–, en la mansión, el abuelo está totalmente concentrado en encontrar, donde sea que estén, tanto al dichoso asiático como al tal Bruce Jones. Aún no puedo creer que mi madre haya sido novia de un hombre con negocios sucios. Por lo que el abuelo dijo, Bruce trabajó en la casa de mi madre cuando ella era solo una adolescente, se enamoraron y cuando mis abuelos se enteraron del romance pusieron el grito en el cielo ya que era totalmente imposible que su única hija se enamorara de un siempre chófer, así que lo despidieron alejándolo de Janine, al parecer Bruce comenzó a ganar dinero sucio solo para estar a la altura de lo que mis abuelos querían para mamá, pero cuando volvió por ella, Janine ya estaba casada con Roland. La historia de mis padres es digna de la más dramática telenovela latina, si solo al final Ronald y Janine se hubiesen enamorado sería genial.

Bostezo una vez más y ahora puedo escuchar la risa del chico a mi lado, lo miro con el ceño fruncido y el idiota solo agranda su sonrisa.

—Si quieres puedes poner tu cabeza aquí —dice palmeando su hombro. Alzó mi ceja en respuesta y lo miro divertido. Este chico casi siempre es mi ayuda en esta clase cada vez que no entiendo algo o que simplemente me distraigo demasiado es a quien busco para copiar sus notas. Es de al igual que yo, de los mejores estudiantes de la carrera.

—No te rías, Dante —ese es su nombre—. Que anoche no dormí nada. Mejor toma notas que te las voy a pedir.

—A la orden. Pero tendrás que ayudarme con el informe de historia —asiento. Ya acomodando mi cabeza en la mesa. El profesor de cálculo anuncia los temas del examen y no me estreso porque Dante escribe todo.

Me paso el tiempo de receso hablando con Dante y copiando sus apuntes, es un chico bastante agradable, demasiado para mi gusto, es como un príncipe azul, solo le falta el corcel blanco y la espada, Dianne que se une a nosotros cuando su clase termina queda prendada con él hasta creo ver corazones flotando a su alrededor cosa que hace gruñir a Liam una y otra vez. No sé qué pasa con ellos, al parecer ha habido algún tipo de encuentro cercano en las ocasiones en las que yo me voy con Eliot, pero hasta ahora no he podido sacarle información a ninguno.


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—No sucede nada, joven Nathan —Liam me contesta de forma brusca. Vamos le he dado confianza, pero tampoco es para que me hable de esa manera.

—Ya, en serio ¿qué demonios pasa entre tú y Dianne? —me renuevo en el asiento para poder verlo de frente— Y no digas que nada porque no te creo.

—Está enojada porque... supo lo que pasó con Laura.

—Y crees que yo se lo dije —afirmo. No obtengo réplica por lo que mi afirmación es cierta—. Liam, te prometí que no le diría nada y no lo hice, aunque no lo creas me gusta la idea de tu y Dianne juntos ¡Tendré sobrinos con tu color y los ojos miel de Dianne! Hermosos.

Better Than Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora