CAPÍTULO 39

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Capítulo 39

Todo me da vueltas, siento que mi estómago está a punto de salir por mi boca mientras mi madre pasa su mano de arriba a abajo por espalda, pero es no hace que mis pulmones dejen de sentirse pequeños.

Todo es mi culpa, no sé en qué demonios estaba pensando cuando no fui tras Nathan. Realmente pensé que Katherine estaba mal, que la reacción de Nathan había sido exagerada pero cuando ella se me tiró encima luego él saliera, entendí que todo fue un teatro y que ella realmente había insultado a mi niño bonito sacando a la luz a sus padres, me pregunté como diablos sabía ella de la situación de los señores Binder, eso solo pudo habérselo dicho Dave y eso jamás pasaría, exigí saber de dónde había sacado eso, creo que se asustó de mis gritos entonces me dijo de un hombre asiático, que había estado varias veces en el gimnasio se lo dijo, incluso le pidió que en algún momento de la fiesta tratara de alejarme de él. Salí como un loco buscándolo por todo el lugar hasta que me dijeron que se había ido, creí que Nathan no haría algo así, pero lo hizo, estaba muy molesto conmigo, por mi estupidez. Solo atiné a pedir las llaves de su auto a Dave y salí raudamente con mi mejor amigo pisándome los talones, sentí algo de alivio cuando vi su auto estacionado fuera de su edificio, pero todo se me fue a los pies cuando subí y la encargada del edificio me preguntó si "Daniel" estaba bien, desesperado pregunté de qué hablaba y me dijo que no se veía muy bien cuando dos hombres se lo llevaban.

Rápidamente entré en el departamento deseando que lo que esa mujer decía fuese mentira, que mi niño bonito estuviera en su estudio dibujando las maneras de torturarme por idiota, o en la cocina cortando fruta imaginando que era mi cabeza. Cuando entré no había nadie, revisé cada centímetro del lugar, pero Nathan no estaba, lo único que encontré fue su teléfono sobre la encimera con la veintena de llamadas perdidas, mías y de Dave. Había vidrio rotos por el piso y un frasco pequeño, no había que ser adivino para saber que lo habían drogado. Cuando Dave llegó hasta mí me dio una nota que encontró sobre la mesa de centro: "Espero te hayas despedido, teniente."

—Con todo respeto señor, pero el niño bonito tiene este lugar hace años, mucho antes de que alguno de nosotros entrara en su vida así que no es justo que le llame la atención al morenazo, él solo seguía órdenes. Más bien pregúntese el por qué Nathan no quería que alguno de ustedes se enterara de este lugar...

—Dave... —susurro a mi amigo que se calla de golpe.

El señor Jonás llegó hace unos momentos junto a David, Peter y Liam, ha estado reclamando al último por no decir que Nathan tenía este departamento, nunca nadie supo que el niño bonito tenía este lugar de refugio para la mierda que era su vida en la mansión.

—Lo siento —dice mi mejor amigo al notar que se estaba pasando de la raya, aunque tuviera razón en todo lo que dijo.

—No se preocupe jovencito, creo que tiene razón —dice el señor Jonás—. Discúlpame Liam.

La policía entra y sale, tengo por seguro que eso pondrá muy molesto a mi niño bonito, para él este lugar es como su lugar sagrado. Buscan huellas, alguna pista de donde está Nathan e interrogan a la encargada del edificio quien es la única que vio a esos hombres, me parece una acción inútil porque todos sabemos perfectamente quién se llevó a Nathan.

Solo ayer conocí al tal Bruce Jones, es un hombre muy conocido en la unidad, todos saben de sus negocios sucios y además ha sido vinculado a muchos crímenes, aunque no directamente. Es un hombre que sabe cuidar su espalda para quedar fuera de toda sospecha.

Me sorprendió cuando Malcolm me informó que le haríamos una visita, uno de sus hombres es sospechoso en un homicidio. Me puse realmente ansioso, ese hombre era quien estaba detrás de todo lo ocurrido a mi niño bonito. No me sorprendió llegar a una gran mansión al extremo norte de la ciudad, si hay algo en que todos los delincuentes tienen en común es el hábito de ostentar todo lo que ganan con sus negocios ilícitos, y Bruce Jones no es la excepción. No es muy común para mi encontrarme con hombres de mi estatura, pero Bruce Jones es tan alto como yo, tal vez unos centímetros menos que no son notorios a simple vista. Nos recibió con honores, Malcolm me había dicho que era realmente buen anfitrión pero que no me confiara, en cualquier minuto todo el escenario podría cambiar y nos veríamos atrapados en la cueva del enemigo. Afortunadamente eso no pasó, fue realmente amable, dispuesto a cooperar en todo lo que la policía necesitara, no le importa lanzar a uno de sus hombres a la cárcel, eso está más que claro. Hubo algo en la forma de mirarme que me demostró que sabía exactamente quién era yo y cuando antes de salir dijo: Dele mis saludos a la familia Binder, muy pronto nos vamos a ver. Sólo lo confirmó.

Better Than Me.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora