Capítulo 41
Rodo los ojos y frunzo el ceño en dirección a Liam y Eliot que bajan las escaleras de la salida con sus armas empuñadas, ambos están tan paranoicos que ahora parece que tengo dos guardaespaldas.
—Guarden esas cosas —gruño. Ambos hacen lo que les digo a regañadientes, Eliot camina a mi lado mientras aferra su mano a la mía y Liam va tras nosotros mirando en todas las direcciones posibles. Si es así ahora que estoy saliendo de la clínica no quiero ni pensar cómo será cuando vuelva a la universidad.
Han pasado tres semanas de todo lo ocurrido las que he pasado en una habitación de la clínica, las heridas de mis pies estaban infectadas al igual que las de mis muñecas, aún las tengo vendadas, pero al menos la infección desapareció, también tenía una costilla fracturada y un TEC cerrado. Además, estaba tan deshidratado que mis riñones estuvieron a punto de colapsar.
Todo ha sido de lo más extraño, es como si estuviera viviendo un sueño, Janine estuvo conmigo todo el tiempo, no hubo ni una sola discusión —al menos no una fuerte— con Ronald, ambos estaban al pendiente del otro y lo que es aún más extraño; de mí. No voy a mentir y decir que tanta atención no me gustó porque la verdad la amé, se sintió bien, era una sensación confusa, me sentía como un niño pequeño amado por sus padres, me sentía el niño que era en mis sueños, esos donde Ronald jugaba conmigo y Janine me cargaba besando mis mejillas. Hubo una de las noches en las que cuando desperté vi a mis padres durmiendo acurrucados en el sofá a un lado de mi cama, sé que algo pasó entre ellos, pero por más que pedí que me dijeras todo, ambos se negaron a la vez que se miraban con anhelo, prometieron que cuando saliera de la clínica hablarían conmigo por eso lo único que quiero es llegar rápidamente a la mansión.
—Eliot ¿toda está bien? —pregunto cuando ya Liam ha puesto en marcha el auto. Eliot me mira y suspira porque sabe perfectamente lo que estoy preguntando.
—Nathan...
—Por favor —pido. Vuelve a suspirar y asiente mientras me alza de mi lugar y me sienta en sus piernas.
—Bruce Jones está con arresto domiciliario, después de tu declaración y la de algunos de sus hombres hay antecedentes de que él es el responsable intelectual de tu secuestro, tu abuelo está moviendo todas sus influencias para meterlo a la cárcel, aunque todos sabemos que tal vez eso no pase —suspiro y escondo mi rostro en el cuello de mi novio—. Ese hombre –sé que se refiere a Jacob–, aún está internado, lo custodia el FBI y yo, no me puedo acercar a menos de quinientos metros del hospital.
—Dime que no te metiste en problemas por golpearlo de esa manera —pido cerrando mis brazos en alrededor de sus hombros.
—Estoy suspendido —me separo y lo miro seriamente porque eso no me lo había dicho. Ya decía yo que tenía demasiado tiempo para estar conmigo en la clínica—. No me mires así, no me arrepiento de haber golpeado a ese mal nacido. Tú eres lo único que me importa niño bonito —acuna mi mejilla y me acerca hasta él, sus labios se posan en los míos en un beso suave y delicado para no lastimar mi labio que aún mantiene un par de puntos en la esquina inferior derecha.
—Lo lamento —Eliot niega con la cabeza a solo unos centímetros de mi boca, pero antes que diga algo lo hago yo—, lamento haberme ido así del cumpleaños de Dave —no hemos hablado de ese tema, las últimas semanas me la he pasado entre tratamientos médicos y declaraciones a la policía, y aún falta el juicio ante las denuncias que puso Ronald—, no debí irme así, mucho menos sabiendo lo que podría pasar.
—Soy yo quien lo lamenta niño bonito, no debí quedarme con Katherine, si hubiera estado contigo... —esta vez soy yo quien lo besa, no quiero que se culpe de nada, nadie es su culpable. Sé nadie buscó esto, ni Ronald, ni Janine, ni el abuelo, y mucho menos Eliot.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...