Capítulo 17
Alzo los brazos sobre mi cabeza para estirar los músculos de mi espalda, he estado mucho tiempo encorvado. Me levanto y me alejo unos pasos para poder admirar mejor el cuadro que estoy haciendo, bueno aún estoy terminando el boceto lo tenía un poco abandonado por todas las cosas que han pasado. Después de pedir una pizza y volver a bañarme me encerré en mi pequeño estudio a dibujar y no, no es porque me esté escondiendo de Eliot sino porque tenía que pensar en algo más que mi guardaespaldas duchándose desnudo a solo metros de mi hormonal cuerpo al que aún le quedan vestigios de la pubertad. Si, las ganas de entrar y espiar se hacían cada vez más difíciles de controlar así que tenía que distraerme con algo.
—¿Puedo ver que dibujas? —escucho a mi espalda. Me apresuro a poner la sábana blanca sobre mi dibujo y me giro hacia el grandulón, esta vez, aunque su torso sigue desnudo dejándome ver su tatuaje, que me encanta, lleva un pantalón de deporte. Seguramente de Dave.
—No, aún no está terminado —la verdad es que mis dibujos son solo míos, la única que ha visto algunos de ellos es Dianne, pero solo los que tengo en casa.
—¿Cuándo esté terminado puedo verlo? —pregunta haciendo pucheros, frunzo el ceño al verlo hacer eso, se ve como un gran León ronroneando. Tierno e intimidante a la vez.
—Cuando lo termine te lo daré —prometo sonríe.
Me acerco a él y lo empujó para que salga, se perfectamente que mirará el cuadro en cuanto me descuide y no quiero, sobre todo porque lo comencé a dibujar mucho antes que siquiera él y yo comenzáramos a llevarnos mejor así que vea que es a él a quien he estado dibujando será vergonzoso. Cierro la puerta y lo miro seriamente, da un paso hacia mí, pero el sonido de su teléfono en la sala se escucha y lo hace detenerse, se va por él y me mira preocupado antes de contestar.
—Señor Ronald —niego con la cabeza, no quiero hablar con mi padre y mucho menos que sepa dónde estoy—. No se preocupe, él está bien... No, no quiere hablar con usted... Si señor...
Me voy a la habitación para no escuchar su conversación y me meto en la cama, este día se está haciendo demasiado largo. Me quedo mirando el techo ¿debería pintar algo ahí? Si, quedaría muy bien algo de estilo tribal como el tatuaje de Eliot. Podría reproducirlo. La puerta se abre y siento que la cama se hunde a mi lado. Mi confianzudo guardaespaldas se acuesta y me mira fijamente. Nunca le dije que podía dormir conmigo. ¿Que no se da cuenta de que mis hormonas se alborotan tan solo tenerlo cerca? ¡Apenas voy a cumplir los diecinueve! Aún no soy capaz de controlarlas. Me doy cuenta de que no falta mucho para mi cumpleaños, solo un mes.
—¿En qué piensas?
—Quiero pintar algo en el techo —respondo sin mirarlo. El calor de su cuerpo está demasiado cerca.
—¿Y si ponemos un espejo? —giro el cabeza tan rápido que podría a ver sufrido alguna lesión, Eliot me mira con esa cara de niño inocente que no rompe ni un huevo.
— Y yo que pensaba que el pervertido era Dave —suspiro y vuelvo la vista al techo.
—Es mi mejor amigo —dice como si fuera obvio que él y el grandote pervertido compartan algo. Dianne es una pervertida y yo no comparto eso con ella; aunque desde que Eliot llegó ya no me hago cargo de mis pensamientos libidinosos; mi estómago se contrae y mi cuerpo da un pequeño espasmo cuando su fría mano se cuela por mi camiseta y acaricia mi vientre.
—A dormir grandulón —me giro hacia él, paso mi mano por su cintura y escondo mi rostro en su cuello. Me encanta que huela a mi jabón, aunque igual puedo sentir el olor de su perfume.
—¿No me dirás lo que pasó? —susurra al tiempo que pasa su mano de arriba abajo por mi espalda.
—no quiero hablar de eso —me pego más a su pecho.
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Better Than Me.
Teen FictionJonas Binder, el presidente de la corte acaba de condenar a muerte a Adam Yamamoto el líder Yakuza más importante de Nueva York, un gran golpe para el crimen organizado de la ciudad. Meses después comienza a recibir amenazas de parte de la familia y...