Better Than Me.

Epílogo.

Epílogo

Eliot.

—¿Se puede saber qué demonios pasa contigo? —cómo puedo arrastro a Dave a la salida del club— Maldita sea Dave, muévete —este idiota es realmente pesado.

Estoy preocupado por mi mejor amigo, desde hace unos días no hace otra cosa que beber y meterse en peleas, esta no es la primera vez que vengo por él a un club y lo encuentro totalmente ebrio, esto no es normal, pero por más que le pregunto qué demonios sucede no me dice nada. Lena llega corriendo hasta mí y hace ademán de querer ayudarme, pero niego con la cabeza, Dave es bastante más alto que ella, no sería capaz de sostenerlo.

—Pon en marcha el auto —digo dándole las llaves del auto del idiota casi inconsciente que arrastro hacia la salida. La chica mira a mi mejor amigo con tristeza antes de girarse hacia donde está su auto.

Esa chica se ha vuelto alguien muy cercana a nosotros, cuando Dave dijo que quería ayudarla creí que el idiota —que me prometió no tenía malas intenciones con ella— iba a romper su corazón, pero eso no fue así, Dave realmente quiso ayudarla. Se conocieron cuando su ex novio la humillaba en pleno centro comercial por su peso y mi mejor amigo que tiene ese amor por todas las mujeres del mundo terminó metiéndose entre ellos. Se volvieron cercanos de una manera inocente, son muy buenos amigos y yo, luego que Nathan se fuera me acerqué más a ellos, llegue a conocerla tan bien como lo hace Dave y ahora también es mi amiga. Sacudo mi cabeza de un lado a otro para borrar de mi mente al chico rubio que se fue hace casi dos años.

—Eliotito... —Dave se ríe frente a mi cuando hago esfuerzos por que se me meta en el auto— ¡Eliotito! No te preocupes —toma mis mejillas y se acerca a mi rostro—, el niño bonito... va a volver y podrás meter tu... pene en su culo todas las veces que quieras.

—¡Cállate, imbécil! —Lena se remueve incómoda y con las mejillas totalmente encendidas por las palabras de Dave, ella es demasiado tímida con respecto a ese tema—. Más bien dime por qué demonios bebes de esa manera.

—Porque soy el idiota más grande del mundo. Yo pensé que... —se queda callado.

—Dave ¿qué sucede? —pregunta Lena.

—Nada preciosa —Dave cierra los ojos y se queda dormido. Suspiro y miro a Lena la que tiene sus ojos húmedos.

Llevo al idiota a mi casa, no quiero que esté solo, algo le pasa a mi mejor amigo y no sé qué es. Mi madre se vuelve loca apenas me ve entrar con Dave a cuestas, rápidamente lo meto a la ducha y mi madre prepara un café bien cargado para luego dejarlo dormir.

—¿Qué pasa con él? —pregunta mi madre mientras acaricia el cabello del idiota que ronca cual tractor— Dave no es así, algo debe estar sucediendo.

—No ha querido decirme así que debe ser algo grave —la última vez que Dave se guardó algo importante, fue cuando no tenía que comer luego de que su padre muriera, mi mejor amigo no le gusta preocupar a las personas a su alrededor—. Tampoco ha hablado con Lena.

Dejo a mi madre con él y camino a mi habitación, al entrar lo primero que veo es el cuadro que Nathan pintó para mí, suspiro y me dejo caer en la cama solo quitando el arnés donde llevo mi arma.

¿Será que Dave tiene razón y Nathan va a volver?

Nathan. A pesar del tiempo que ha pasado aún no me acostumbro a que no esté, lo extraño tanto o más que el primer día que se fue. En este tiempo hemos hablado unas cuantas veces y nos hemos visto un par más, viajé a Inglaterra para su cumpleaños y otra más para mis vacaciones, pero no es lo mismo, quiero tenerlo todos los días conmigo, poder besar esa boca insolente cada vez que quiera y tener su pequeño cuerpo –pequeño en comparación al mío– sobre una cama conmigo encima. He estado muchas veces a punto de decirle que regrese, que ya no soporto un día más lejos de él, pero no puedo hacerlo, no soy tan egoísta. Sonrío al pensar que mi niño bonito sí lo es, me pidió que no lo olvidara, que ni siquiera lo intentara, cuando hemos hablado siempre me lo vuelve a pedir y aunque creo que dejar de amarlo puede ser algo que nunca haga, no sé cuánto tiempo más podré esperar a que regrese.