La luz del sol nos llegaba directamente a los ojos cegándonos de vez en cuando con su resplandor. Los dedos de Lauren se sentían tibios entre los míos y sus pisadas eran más ágiles y silenciosas. La tarde estaba perfecta para pasarla en el arroyo y la ojiverde no lo había dudado ni un segundo cuando se lo propuse.
-¿Quieres nadar?.- Preguntó y la miré de inmediato negando con la cabeza.
-No traigo un bañador puesto.- Rió encogiéndose de hombros y yo la miré sorprendida cuando desabrocho sus vaqueros y quitó sus botas.
-Vamos Camz. Te he visto desnuda anteriormente.- Dijo la Alpha quitando su camiseta para quedar tan sólo en ropa interior- Será divertido.
-No puedo creer que me convenzas de hacer esto.- Bufé quitando mis vaqueros y también mi blusa blanca.
-¿Lista?.- Preguntó cuando ambas estábamos tan sólo en ropa interior mirando hacia el agua cristalina a unos pocos centímetros de nosotras.
Lauren se acercó a mí y tomándome desprevenida me cargó en sus brazos logrando que yo soltase una exclamación. Me aferré a su cuello y cerrando los ojos contuve la respiración esperando a que la sensación de estar sumergida me invadiera. La ojiverde no soltó mi cintura y me ayudó a salir a la superficie aún prendida a su cuerpo, sintiendo toda su piel erizarse ante el contacto de nuestros cuerpos bajo el agua.
-¡Estás demente!.- Exclamé pasando ambas manos por mi rostro tratando de apartar la mayor cantidad de gotas de agua antes de entrelazar mis manos tras su cuello.
-No exageres, nena. Admite que fue divertido.- Asentí riendo junto a ella y uniendo nuestros labios en un beso húmedo.
-¿Estás consciente de que alguien podría vernos?.- Alcé una ceja ella asintió desinteresada acomodándose en su lugar.
-Espero eso no suceda, o tendré que acabar con todo aquel que intente mirarte semidesnuda.
-Eso no importa. Sabes muy bien que eres la única con ese privilegio.- Bromeé viendo como su rostro se iluminaba ante las palabras que acababa de decir.
-Eres hermosa.- Susurró luego de unos segundos en silencio. Sentí el rubor abarcar rápidamente mis mejillas y escondí mi rostro en su cuello avergonzada.
-No digas esas cosas.
-¿Por qué? Sólo digo la verdad.- Se encogió de hombros antes de dejar un sentido beso en mi frente.
-Te amo.- Susurré contra la piel de su cuello antes de depositar un beso allí.
-Y no tienes una idea de cuanto te amo yo a ti.
...
Normani
Dinah rió y su cuerpo vibró ligeramente sobre el sofá moviéndome un poco a mí ya que me encontraba recargada contra su cuerpo. Habíamos decidido ver una película para pasar la tarde y yo misma me había encargado de preparar palomitas. Mis turnos en el hospital no comenzaban hasta el lunes, y mi madre se encontraba en San Antonio en una convención de medicinas orgánicas.
-¿Qué ves?.- Preguntó divertida la rubia con una expresión divertida en el rostro mientras yo le sonreía dulcemente.
-Nada.- Dije volviendo la vista a la pantalla pero sintiendo su mirada curiosa sobre mí- ¿Y tú qué me ves?.- Fue mi turno de interrogarla riendo.
-Sólo estoy apreciando a mi chica.- Se encogió de hombros antes de inclinarse para atacar mi mejillas con sus besos haciéndome cosquillas.
-¡Basta! ¡Cariño por favor!.- Grité al borde de la desesperación mientras me revolvía entre los brazos de la Beta tratando de zafarme de su agarre.