Ocho años después...
-¡Cariño ¿Dónde está la maleta de herramientas?!.- El gritó de Lauren llegó desde el garaje hasta mis atentos oídos.
-¡En el armario a tu izquierda junto a las bicicletas!.- Respondí mientras continuaba con mi tarea de cortar verduras sobre la isla de la cocina.
-Sabes siempre donde está todo.- Admitió entrando en la cocina con la maleta negra entre sus manos dejándola en el suelo para acercarse a mí.
-Si tú no lo recuerdas alguien debe hacerlo.- Contesté sintiendo como ella depositaba un beso en mi mejilla.
-Debo reparar esa motocicleta para Liam. Quiere utilizarla para viajar con Sara este fin de semana y.....- No pudo finalizar su oración ya que unos gritos provenientes del jardín trasero llamaron nuestra atención.
-¡Ese es mi balón! ¡Dámelo Nick!
-¡No es cierto tonto!.- Oímos de regreso y cogí rápidamente un trapo para limpiar mis manos siguiendo a Lauren por la puerta trasera.
-¡Ahora veras!.- Exclamó enfadado para luego abalanzarse en contra de su hermano provocando que ambos cayesen al suelo.
-¡Hey!.- La ojiverde llegó junto a ellos en medio segundo tomó por los brazos al niño para alejarlo del otro castaño- ¡No puedes lanzarle puñetazos a tu hermano Nigel!
-¡Suéltame mamá! ¡Él comenzó!.- Dijo enfadado el ojiverde observando con el ceño fruncido a Nick mientras yo lo ayudaba a ponerse en pie.
-No es excusa alguna. Deben dejar de pelearse a golpes ¿Entienden?.- Los regañé observándolos seriamente a ambos.
-Ese es mi balón.- Repitió otra vez Nigel de brazos cruzados demostrando lo enfadado que estaba.
-Pueden compartir.
-No voy a compartir con él.- Respondió rápidamente Nick aferrándose a mi cintura sin quitar la mirada fulminante de su gemelo.
-¿Pero que les ocurre a ustedes dos? Se la pasan discutiendo últimamente.- Lauren los miró a ambos esperando algún tipo de respuesta pero no obtuvo nada más que bufidos.
-Bien niños entren en casa y laven sus manos la comida estará lista en algunos minutos ¿Si?.- Besé la frente de Nick para luego observarlos correr hacia el interior.
-¿Viste eso? Si Nigel lanzaba aquel puñetazo probablemente le hubiese partido la nariz a su hermano.- Dijo incrédula la ojiverde pasando una mano por su cabello.
-No controlan su fuerza aún, sólo es eso. Los hermanos discuten y se pelean, ellos no lo hacen a propósito amor.
-Lo sé pero podrían hacerse mucho daño y sólo tienen siete años.- Dejó escapar un suspiro preocupado y me acerqué a ella para tranquilizarla.
-Puedes hablar con ellos esta tarde. Les prometiste un paseo por el bosque, ya sabes lo que les gusta correr.- La Alpha sonrío y asintió antes de que ambas volviésemos adentro.
Esto llevaría algo de tiempo. O tal vez no.
...
Verlos correr, reír y disfrutar de todo lo que los rodea era mucho mejor que ver televisión o cualquier otra cosa. Intentaba aprovechar cada segundo junto a ellos dos porque se había convertido en mi vida junto a Camila desde hace siete años. Todo giraba en torno a aquellas tres personas.