-Escúchame bien pedazo de mierda.- Me acerqué tomándolo por las solapas de su chaqueta acercándolo a mi rostro- Si sólo encuentro un rasguño sobre ellos todos ustedes estarán muertos.
-Si hay rasguños no creo que llegues a tiempo para notarlo.- Murmuró aún sosteniendo su muñeca herida y di una fuerte patada a su pierna quebrándola sin piedad- ¡Agh!
-¡Lauren!.- La exclamación de Camila me hizo retomar el control y me detuve antes de poder hacer lo mismo con su otra extremidad.
-No, por favor continúa. Estaba comenzando a divertirme todo esto.- La misma voz de la grabación se escuchó y comencé a buscar a Ronan por el lugar.
-¡Sal y da la cara infeliz!.- Grité perdiendo la paciencia al no poder dar con su paradero- ¡Lo mataré, ¿Me oyes?!.- Señalé a el Omega tendido en el suelo mientras sacaba mis garras.
-Hazlo. Ya fue de mucha ayuda.
La mirada de Desmond se volvió temerosa y retrocedió arrastrándose sobre la hierba húmeda intentando dar con su padre al igual que yo.
-Papá.- Lo llamó en cuanto éste hizo su aparición de entre los árboles. Dos hombre más lo acompañaban pero no había rastro de mis hijos con ellos.
-Lo siento Des. Pero la dejaste llegar muy lejos.- Se encogió de hombros sin sentir el mínimo de lástima por su hijo- Vamos Jauregui. Hazlo ya.- Me alentó y mi mirada viajó otra vez al Omega.
-No.- Susurró Camila tomando mi brazo- No eres como ellos. No matarás por placer sino por defensa.- Mis ojos encontraron los suyos suplicantes y un tanto asustados.
-Que conmovedor. Tienes a parte del clan contigo dispuesto a darlo todo por aquellos mocosos y además a una mate muy sensata. Divertido ¿No chicos?
Los otros licántropos a los que pude identificar como Betas sólo se limitaron a asentir permaneciendo un paso atrás de su Alpha, pero logré descifrar si era por miedo o respeto. Max se enfrentó a Doss con Gail pisándole los talones como si se quisiese asegurar de que todo estaría bien entre ambos Alphas.
-¿Por qué haces esto? Todos los otros Alphas aceptan la idea de que mis nietos son completamente inofensivos.- Ronan lanzó una estruendosa y retorcida carcajada ante las palabras de mi padre.
-Porque son unos sometidos. Todas las manadas de esta ciudad han vivido por años bajo un indirecto régimen por parte de ustedes.- Soltó con rabia haciéndole frente a papá- Pero eso ya me harto. Es hora de poner otro comandante en esta embarcación.
-¿Alguien como tú sería mucho mejor?
-Me has leído la mente Gail. Ser el más inteligente y joven de los tres al parecer te ha servido de algo.- Ironizó con voz fanfarrona y quise golpearlo mucho más que antes- Verán esto es lo que sucederá. Mi propósito será acabar con los Delta, ustedes se interpondrán y terminarán enfrentándose a una gran lucha.
-¿Qué puedo darte a cambio?.- Intenté negociar con el Alpha otra vez- ¿Poder? Puedo dártelo, sólo déjame tomar su lugar. Te aseguro que soy tu mayor amenaza justo ahora, ellos ni siquiera saben lo que la palabra significa.
-No. Pero lo entenderán algún día, y cuando eso ocurra su naturaleza será más fuerte que cualquier lección que puedan darles.- Gruñó tensando un poco la mandíbula- Ahora si me disculpan, he perdido demasiado tiempo con ustedes.
Ronan se giró siendo acompañado por los otros dos licántropos, los cuales se perdieron junto a él en la oscuridad. Estaba decidida a ir tras ellos pero mi padre me detuvo evitando que pudiese dar más de dos pasos en su dirección.