No sé muy bien cuanto tiempo llevábamos así, pero mis ojos no lo habían dejado ni un segundo, y él parecía hacer un verdadero esfuerzo por entender lo que Camila le decía. Su manera de ver de reojo a mi chica me hacía entender que ya tenía muy claro que ella era una Beta y yo un Alpha, pero la morena no se daba ni por aludida a pesar de mi comportamiento.
-Así que, ¿Hace cuánto se conocen?.- Pregunté hablando por primera vez durante todo el almuerzo que se había dado de improviso.
-Bueno, somos amigos de Mila desde que inició la universidad. Nos hemos hecho muy buenos amigos, si te soy sincero.- Enzo miró con una sonrisa a Camila y sentí la sangre caliente.
-Pero tú querida amiga has marcado un récord.- Peyton me señaló y alcé una ceja esperando a que continuara- Nadie consiguió en cuatro años lo que tú conseguiste en dos meses. Ni siquiera tú, Enzo.
La castaña intentó hacer una broma que fue de muy mal gusto para nosotros tres. Estaba intentando con todas mis fuerzas controlar las ganas de golpear a Enzo, y ella no mejoraba para nada las cosas con aquel comentario. Camila se removió incómoda en su silla junto a mí, carraspeó y me sonrió de medio lado como si me pidiese disculpas.
-Peyton, por favor.
-Lo siento. No se pongan así, sólo estaba bromeando. Perdóname Lauren.- Negué con una sonrisa que pareció más una mueca tratando de quitarle importancia.
-Aunque ella tiene razón. Has sido afortunada.- El rubio habló como si me felicitara, pero su tono de voz no podía ser más falso.
-Si he logrado conquistarla, creo que se debe a mi determinación.- Me encogí de hombros.
-¿Y de qué me he perdido?.- Camila intentó aligerar la palpable tensión entre el rubio y yo cambiando de tema.
-Oh no mucho. Me emborraché en una fiesta y vomité sobre el chico más guapo del lugar.- Peyton hizo una mueca de desagrado y mi novia no pudo evitar soltar una carcajada.
-Fue muy difícil sacarla de allí.
-Ya me lo imagino Enzo. Ella y el alcohol no son una buena combinación.
-De vez en cuando es bueno tomarse un par de copas.- Dijo Peyton con diversión.
-Copas. No botellas.- Bromeó Enzo dándole un codazo juguetón.
-¿Tú no bebes?.- Pregunté sin rodeos captando su atención.
-Él es un aburrido. Casi nunca bebe y cuando lo hace no parece afectarle en absoluto.
-Vaya, debes ser muy resistente. ¿No?.- Camila me miró confundida por mi ironía.
-Más de lo que crees.
-Okay. No entiendo qué pasa exactamente aquí, pero creo que Enzo y yo ya deberíamos irnos para que ustedes terminen de instalarse.- La castaña fue al primera en ponerse de pie seguida por nosotros.
Me despedí de ellos y Camila se ofreció para acompañarlos hasta la puerta, algunos minutos más tarde volvió a aparecer en la cocina y se quedó mirándome de brazos cruzados.
-¿Me explicarás qué fue todo eso con Enzo?.- Alzó las cejas.
-¿A qué te refieres?
-Me refiero a la evidente tensión que había entre ustedes, ¿Lo conoces?.- Preguntó y negué inmediatamente.
-No. Pero no necesito conocerlo lo suficiente para darme cuenta de que esta colado por ti.- No esperaba decir aquello con molestia pero creo que fue inevitable.
-Es mi amigo. No pasa ni pasará nada entre nosotros.- Aseguró acercándose a mí.
-No me des explicaciones. Confío en ti.
