-¡No! ¡No!.- Grité tomando mi cabeza con ambas manos- ¡Mierda!.- Regresé deprisa al auto y me monté acelerando a fondo para no perder de vista a la furgoneta- Por favor no.
Lo demás automóviles parecían querer cerrarme en paso a toda costa y necesite de mis reflejos para no estrellarme al doblar las curvas derrapando los neumáticos en el asfalto. Los frenos del coche emitían agudos chirridos pero nada me importó en la absoluto, sólo podía pensar en qué estaría pasando al interior de la furgoneta negra que aún me sacaba un par de kilómetros de distancia. Estaba tan cerca de alcanzarlos, pero entonces un auto gris se atravesó de improviso en mi camino y tuve que girar el volante cambiando mi dirección. La velocidad de mi auto se vio involucrada en la acción y comencé a dar giros incontrolables hasta que me estrellé contra un árbol. Intenté abrir lentamente mis ojos sintiendo un fuerte dolor de cabeza, gruñí pateando la puerta del piloto y arrastrándome fuera del coche en donde ya se había aglomerado una pequeña multitud.
-¿Estás bien?.- Preguntó una chica algo preocupada y yo sólo asentí antes de mirar en todas las direcciones, pero ya no había rastro alguno de el vehículo que se había llevado a mis hijos- Debes esperar a la ambulancia.
-No tengo tiempo. Debo regresar.- Contesté algo desorientada buscando mi móvil con urgencia- ¡Contesta maldita sea Dinah!.- Grité escuchando los tonos sin obtener respuesta del otro lado de la línea.
-Más vale que sea importante porque estaba por conocer a mi nuevo hijo.- Dijo la rubia desde el otro lado- ¿Lauren?
-Se los han llevado Dinah.- Susurré sintiendo como mi corazón se estrujaba poco a poco- Los alejaron de mí, le he fallado a Camz.- Continúe cayendo en la cuenta de todo.
-¿De qué diablos hablas? Dime por favor que estás bromeando y que aquellos dos diablillos comen un helado junto a ti.- Sus palabras terminaron por destruirme y solté un sollozo- ¿Dónde estás?
-A unas cuantas calles de la escuela. Intenté seguirlos pero tuve un accidente, me estrellé y perdí el rastro.- Expliqué tratando de aclarar todo lo que había ocurrido en los últimos Díez minutos, porque todo parecía confuso para mi luego del golpe.
-No te muevas iré por ti.- Y con eso escuche como finalizaba la llamada.
Pero no me importó en lo más mínimo, lo que quería era a mis hijos. La imagen de Camila se cruzó en mis pensamientos. Esto la lastimaría demasiado.
...
-Tengo que encontrarlos Dinah.- Dije llevando ambas manos a mi cabeza angustiada.
-Lo haremos todos te ayudaremos a traerlos devuelta, pero creo que ahora lo mejor sería que entraras allí y se lo dijeses a Camila.
-La destronará.- Negué con la cabeza sin quitar la mirada del porche de nuestra casa.
-Lo sé pero tiene que saberlo. Y mientras antes se lo digas podremos dedicarnos a la búsqueda.- Asentí antes de dejar el auto para adentrarme en la casa.
El silencio la inundaba y traté de escuchar algún ruido que indicara en qué parte de la casa se encontraba la Beta. Pero entonces como si la hubiese llamado con mis pensamientos salió de la cocina concentrada en el libro que traía entre sus manos.
-Hola cariño.- Saludó con una sonrisa en cuanto notó mi presencia y se acercó al percatarse del parche en la herida sobre mi ceja izquierda- ¡Dios! ¿Qué ocurrió?.-Mis labios se secaron y la miré a los ojos sin saber muy bien que decir.
