Camila abrió la puerta de la casa y yo me adentré en ésta con la chica entre mis brazos. Seguía inconsciente pero podía escuchar el rápido latir de su corazón a causa del cambio que estaba a punto de concretarse.
-¿Qué ha pasado? ¿Quién es ella?.- Mi madre apareció desde la cocina mirándome confundida.
-Estaba a mitad del bosque. Le dispararon y entonces escuchamos sus gritos desde la orilla de la carretera.- Explicó Camila mientras yo caminaba hasta la sala y tendía a la rubia con cuidado sobre el sillón de la habitación.
-Necesita que la revisen. No puede ir a un hospital.- Murmuré sin quitar mis ojos de la mordida que aún no cicatrizaba.
-Buscaré a Ellie para que la vea.
-Y yo llamaré a Mani.- Asentí viéndolas desaparecer a ambas. Me puse de cuclillas frente a la chica examinándola de pies a cabeza.
Su piel era pálida y tenía las mejillas ligeramente sonrojadas. Su pelo era como los rayos del sol y caía en cascada sobre sus hombros cubriéndolos por completo. Caí en la cuenta de que posiblemente tendría unos trece años o quizás la edad de Em. Los recuerdos de esa noche y la mirada de Emily antes de morir, me impulsaron a querer salvar su vida sin pensármelo dos veces. Sentí que sería inhumano dejarla morir allí, tenía que hacer algo y sólo me quedaba aquella opción.
-Está por aquí.- Escuché la voz de Clarke acercarse que pronto apareció en la sala con Ellie siguiéndola de cerca.
-¿Qué tiene?.- Preguntó la mujer acercándose hasta donde yo estaba poniendo de cuclillas junto a la chica. Comenzó a moverse levemente quejándose a la vez.
-Tiene una herida de bala en el abdomen.- Señalé el lugar en donde su camiseta estaba manchada con los rastros de sangre. Ellie levantó su camiseta dejando al descubierto la herida.
-No parece demasiado profunda. Sólo puedo aplicar una compresa para calmar el dolor y controlar la fiebre.- Murmuró mirándome de reojo- Pero no creo ser capaz de retirar la bala.
-¿Dónde demonios está Dinah?.- Gruñí incorporándome dispuesta a ir en busca de la rubia y la curandera, pero cuando estaba por abrir la puerta Camila me detuvo.
-Están viniendo no te preocupes.- Susurró soltando mi brazo lentamente.
Asentí no del todo convencida siendo guiada de regreso a la sala por la morena. Mi madre y mi tía se habían encargado de poner paños fríos en su frente y habían cubierto la herida con la compresa. La puerta de entrada emitió un crujido para después ser cerrada de un portazo, Dinah y Mani aparecieron en el umbral de la sala aceleradas e inspeccionando la escena detalladamente.
-¿Qué ocurrió?.- La morena reaccionó y se acercó con su maletín en mano dispuesta a asistir a la chica tendida en el sofá.
-Le dispararon hace aproximadamente una hora.- Expliqué y ella asintió mientras tomaba su pulso- Además está pasando por el cambio.
-¡¿Qué no podemos estar en paz?!.- Se quejó Dinah alzando sus manos y lanzando un bufido.
-Ahora no Dinah.- La reprendió Normani mientras se quitaba la chaqueta y cubría sus manos con unos guantes de látex- Retiraré la bala y curaré la herida desinfectándola. Y entonces el cambio hará lo suyo.
-Sólo haz lo que sea necesario.- Camila habló por primera vez de manera preocupada.
Los minutos pasaban y yo sólo podía oír los quejidos de dolor que la adolescente lanzaba desde la sala y las instrucciones que Mani daba a Ellie. Camila yacía sentada junto a mí en la cocina mientras ambas bebíamos algo de café para lograr controlar el sueño que a ambas nos invadía. La manada estaba al tanto de la situación incluyendo al Alpha que sólo se había limitado a mirarme fijamente para luego susurrar un 'bien hecho'. De pronto todo pareció quedar en completo silencio y segundos después la curandera se hizo presente en la cocina para desechar los guantes y lavar sus manos algo ensangrentadas.