-¿Cómo está ella?.- Pregunté en cuanto se me permitió estar en la sala para poder ver a mi mate.
-Débil. Hice todo lo que estuvo en mis manos pero las heridas son profundas y lo que sea que hizo esa daga es más fuerte que yo.- Murmuró Normani observándonos apenada- Sólo necesito que sane un poco para poder estabilizarla.
-¿No hay alguna forma de revertir lo que sea que le esté ocurriendo?
-Si la hay.- Nos giramos para ver a Joe abrirse paso en su silla de ruedas hasta el umbral de la sala- Nigel.- El silencio se mantuvo por interminables segundos tras la revelación del viejo Alpha.
-¿Puede hacerlo?.- Fue el turno de Max para hablar.
-Sí. Pero sería de gran riesgo para ambos, si el pequeño no lo resiste cualquiera de los dos podría morir.
-Tal vez pueda preparar a Nigel para hacerlo. Sé algunos trucos.- Murmuró Mani esperando la aprobación de alguno de nosotros y su mirada recayó en mí- Es tu decisión Camila.
Me sentí nuevamente bajo presión y observada por todos los presentes en la habitación, sin embargo, no le presté atención a ninguno de ellos porque mi mirada recayó en Lauren tendida sobre el sofá. Estaba completamente pálida incluso más de lo usual y su playera seguía cubierta de sangre, no podía dejar que algo le ocurriese. Pero tampoco puedo dejar que uno de mis hijos arriesgue su vida de tal manera.
-¿Qué probabilidades hay para que ambos sobrevivan?.- Pregunté dejando de mirar a la ojiverde para volver la mirada a Joe.
-Tal vez un setenta por ciento, aún hay un margen considerable.- Tomé una respiración profunda antes de volver a hablar.
-Lo haremos. Hablaré con mi padre para que regrese lo antes posible y así poder preparar a Nigel.
-¿Estás segura?
-Sí.
Es lo correcto.
...
Mi cabeza dolía demasiado y sentía mi cuerpo pesado, no podía moverme y me costó trabajo abrir los ojos. Tragué con fuerza pero nada sirvió porque mi boca y garganta se hallaban secas, fruncí el ceño intentando concentrarme en mi alrededor y incorporarme, pero entonces un fuerte dolor en mi espalda y abdomen me hicieron soltar un quejido.
-No te muevas. Sólo mantente recostada.- La voz de Mani de filtró por mis oídos y me parecía increíblemente lejana aunque pudiese verla a tan sólo centímetros de mí.
-Camila...- Susurré con un hilo de voz apenas audible- Camila.
-Vendrá pero no te muevas.- Repitió la morena.
-Estoy aquí.- Pude notar como la tibia y suave mano de la castaña tomaba la mía- Estarás mejor dentro de poco.
-Sólo espero que Alec se de prisa, está cada vez más débil.- Dijo Normani antes de desaparecer de la habitación y busqué desesperada la mirada de mi mate comprendiendo a lo que se refería la curandera.
-No.- Murmuré negando levemente con la cabeza sintiendo un intenso dolor en mi cuello- No Camila, estoy fuera de su alcance.
-Shhh. Mani puede ayudarlo. Estará bien, ambos lo estarán.- Acarició mi frente con ternura transmitiéndome paz pero yo no podía sostenerle la mirada por mucho tiempo.
-Mis ojos se cierran.- Susurré y estoy completamente segura de que una sonrisa iluminó su hermoso rostro ante mi tonto comentario.
-Es porque te ruegan descansar, y yo creo que deberías hacerlo.- Dijo sin dejar de acariciarme.